El dato más esperado de esta semana era el de IPC en EEUU. El consenso de mercado estaba esperando que bajase hasta el 2,9% desde el 3,4%, y que la subyacente pasase del 3,9% al 3,7%. Algo que no sucedió, quedando la general en el 3,1% y la subyacente en el 3,9%.

La reacción de los principales índices bursátiles, tanto en Europa como en EEUU fue la de bajar, ante la certeza del retraso en la bajada de tipos de interés. No obstante, lo que parecía que podría ser el inicio de un recorte más pronunciado, alargándose durante varias sesiones, se vio cortado de raíz como una simple realización de beneficios en una sola sesión.

Con la temporada de publicación de resultados de las empresas que cotizan en bolsa, bastante avanzado, los analistas confirman que el 80% de las compañías americanas que los han publicado, superan las expectativas. Lo cierto es que estamos hablando del último trimestre del año 2023, para el que los analistas habían bajado sustancialmente las expectativas, teniendo en cuenta los temores de recesión para la Zona Euro y EEUU, que finalmente no se cumplieron. De ahí que los resultados estén siendo tan favorables y se han convertido en uno de los pilares centrales que sostienen los índices, que ven como cualquier recorte, se compensa con entradas rápidas de liquidez, que llevan de nuevo los índices a sus máximos. Un claro ejemplo de ellos es el S&P 500 en EEUU, que tras marcar máximo histórico a finales de la semana pasada, lo ha vuelto a conseguir ésta, tras el revés sufrido con el dato de inflación americana.

Los sectores que mejor comportamiento están teniendo este año en EEUU son los de telecomunicaciones, semiconductores, inteligencia artificial, seguros y salud, mientras los más damnificados son el sector inmobiliario y el de bienes de consumo duradero. En Europa coinciden entre los mejores sectores el de seguros y telecomunicaciones, al que se une el del lujo, mientras que los que peor comportamiento tienen son los bancos y las ventas minoristas.

Lo que parece indiscutible, es que todos los inversores que se perdieron  las subidas de los mercados en la recta final del año pasado, no están dispuestos a perder la primera parte del año, porque ya sabemos que si cumple la máxima de “vende en mayo y compra en octubre”, todavía quedarían meses por delante de buen comportamiento en las bolsas.

Para un inversor que piensa en el medio y largo plazo, siempre debe tener presente que debe confiar en la gestión activa, que adaptan los gestores a todo entorno de mercado, demostrando que cuando el miedo se apodera de los inversores menos experimentados, es el momento de tomar posiciones y a la inversa.

Las emociones siempre han provocado tomas de decisiones erróneas a los inversores que se dejan llevar por ellas, intentando hacer trading, que nunca les beneficia, como ya ha sucedido en los últimos meses.

El mercado de renta variable, en algún momento se tomará un respiro, pero de momento apenas dejan margen para los que están fuera.