La ofensiva fiscal que está preparando el Gobierno, para ponerla en marcha a primeros del año próximo, supondrá un empobrecimiento general, caída de los negocios de las empresas, aumento del paro y pérdida de competitividad del sector privado, respecto a los extranjeros.

Los catedráticos y expertos juristas están alertando sobre el deterioro del Estado de Derecho y la seguridad jurídica, principalmente en materia tributaria, pero en general en todos los ámbitos de nuestra sociedad. A la utilización del Decreto Ley como formula habitual para legislar, cuando debería ser en casos de extrema necesidad, se suma el que se puedan aprobar impuestos, a través de enmiendas a una proposición de ley, con el objetivo en ambos casos, de evitar el debate parlamentario en el Congreso, y tomar las decisiones por parte del Gobierno de la manera más autoritaria posible, como sucede en los regímenes políticos totalitarios, que tanto admira nuestro “Gobierno en funciones”. La opinión del pueblo no importa, sólo el abuso de poder y su ejercicio partidario, dando beneplácito sólo a quienes los mantienen en el poder, mientras lo pagan el conjunto de los ciudadanos.

El Gobierno está diseñando un plan para aumentar la recaudación, que vendrá por la vía del aumento de los impuestos existentes, la creación de nuevas figuras impositivas, aquí podemos mencionar la nueva tasa de basuras, entre otros, y la supresión de las bonificaciones aprobadas contra la inflación.

El primer golpe de efecto parece que van a sufrirlo las rentas superiores a 50.000 euros, que verán aumentar su presión fiscal, así como las familias que hacen la declaración conjunta, que verán desaparecer esa deducción. En materia de impuestos al consumo, dígase IVA, se van a eliminar las bonificaciones a algunos alimentos y la factura de la luz, manteniéndose solo las ayudas al transporte.

Las empresas van a ver aumentar sus costes laborales, lo que colocará a muchas en una situación muy compleja de gestionar.

Los expertos consideran que desde que Sánchez llegó al poder la factura fiscal de los españoles ha aumentado un 32,5%, lo que suponen entre 10.400 y 13.800 euros por cada español. Si a esta presión fiscal le añadimos la famosa variable de esfuerzo fiscal, que se obtiene de tener presente los impuestos que se pagan y la renta per capita del país, entonces nos encontramos que los españoles pagamos un 50% más que la media en Europa.

Como todos sabemos, esta situación va a dañar aún más el corazón del bienestar de la clase media de nuestro país, la gran mayoría de los españoles, que es la que más está sufriendo las consecuencias económicas del covid, de la inflación y los chantajes de los socios del gobierno de Sánchez.

En las próximas semanas veremos si el Gobierno consigue la investidura y si eso se produce, ya sabemos que hoja de ruta van a implementar y quienes van a pagar esa obscena fiesta de unos pocos: todos los ciudadanos, bien sea con impuestos directos, indirectos, tasas de nueva creación etc.

El hacer un buen presupuesto familiar y hacerlo cumplir, se hace imprescindible para sobrevivir a lo que va a llegar.