Comenzado el nuevo semestre, tras haber dejado atrás un comienzo de año excepcional, los mercados de capitales están viendo aumentar la volatilidad, tal y como estaba previsto.

La etapa estival de los meses de julio, agosto y septiembre, tienen su especial idiosincrasia, dado que nos encontramos tres meses, con particularidades, que hacen que supongan una etapa especial, en el conjunto del año. Por un lado, el mes de julio, se caracteriza por ser un mes en el que empiezan las vacaciones para buena parte de los ciudadanos, aunque en los mercados de capitales, todavía la actividad suele ser alta, aunque va reduciéndose a medida que nos acercamos al mes de agosto, que por excelencia es el mes vacacional y que genera una caída importante en el volumen de negocio en los mercados, con el consiguiente aumento de volatilidad, tanto al alza como a la baja, en función de las noticias o acontecimientos que se produzcan.

El mes de septiembre es el mes de la vuelta al cole, de la vuelta a la actividad, de hacer balance de lo sucedido en los dos meses anteriores, al tiempo que se van poniendo las bases, para lo que puede ir sucediendo, en la recta final del año.

Para este mes de julio, en nuestro país tendremos la inédita cita con las urnas el 23 de julio, que sin duda marcará nuestro futuro económico y social, para los próximos años, como pocas veces hemos visto y como tienen muy presente los ciudadanos.

Respecto a los mercados de capitales, tenemos que decir, que la política monetaria de los bancos centrales, volverá a ser determinante, en durante los tres meses. Para julio, el mercado está descontando subidas de tipos de un +0,25%, tanto en Zona Euro como en EEUU, en agosto estaremos muy pendientes de la reunión a finales de mes en Jackson Hole, mientras que para septiembre, todavía no está claro si los tipos seguirán subiendo en las reuniones de los Bancos Centrales, o ya habrán tocado techo. Las conclusión de la reunión de los principales bancos centrales del mundo a finales de agosto, darán más pistas sobre lo que podemos esperar.

Los datos macroeconómicos de empleo americano, así como el IPC, y la evolución del impacto de los actuales niveles de tipos de interés en las economías, son claves en estos momentos, tal y como afirman los responsables de los bancos centrales en todas y cada una de sus intervenciones.

Por su parte, los mercados de capitales, sobre todo en renta variable y algunas materias primas, están en alerta, sobre el impacto, para determinar si las economías entrarán en la temida recesión abrupta o si será ligera, porque lo que ya se está constatando es la importante desaceleración de la actividad manufacturera, es decir de las fábricas, mientras que en sector servicios sigue aguantando en EEUU, pero se está desacelerando en la Zona Euro o en China.

Los analistas técnicos, que estudian la evolución de los precios de los activos, al margen del análisis fundamental de las compañías, estiman que este trimestre será volátil y que será difícil que los índices superen los niveles alcanzados en junio. Consideran que será momento de tener paciencia y en la que los gestores o inversores, deberán aprovechar las oportunidades que se vayan produciendo. Consideran que será a partir de octubre, en la recta final del año, cuando se clarifique cual va a ser el camino que seguirán los mercados, tras el paréntesis del verano, y con la vista puesta en el buen comportamiento de los mercados en el primer semestre del año.

Los resultados empresariales trimestrales que se publican en julio, también serán, una vez más, decisivos para monitorizar como será el impacto en sus cuentas y las previsiones para los próximos meses, lo que se reflejará en sus cotizaciones durante el presente mes.

No hay que perder de vista, que muchos valores relacionados con la tecnología y la inteligencia artificial, han tenido subidas muy llamativas, en algunos casos irracionales, que deberán tener su corrección.

En los mercados de renta fija, en principio se espera una volatilidad menor, dado que están muy en precio las subidas de tipos adicionales.

También deberemos estar muy atentos a los posibles cisnes negros, que como todos sabemos, llegan sin avisar y que podrían darnos alguna sorpresa desagradable, como el amago que tuvimos en marzo, con la crisis bancaria en EEUU.