Esta semana los protagonistas indiscutibles, con permiso de la inflación, han sido los Bancos Centrales.

Mientras el Banco Central de Japón y la Reserva Federal de EEUU han dejado los tipos sin cambios, el BCE en la Zona Euro los ha subido hasta el 4% y el Banco Popular de China los ha bajado en los servicios de préstamos.

Para el próximo mes todo apunta a que el BCE los volverá a subir hasta el 4,25% y la duda está en si lo hará en otro 0,25% hasta el 4,5%, para dejarlos ahí, durante el tiempo que sea preciso, en función de los persistente que sea la inflación y de cómo vaya evolucionando la economía.

Por su parte, la FED americana ha cumplido con la pausa que anunció, gracias a un mejor dato de inflación de lo esperado, pero no supone el techo definitivo, porque dejó la puerta abierta a nuevas subidas, en julio, en función de cómo vayan los datos macro.

Los problemas estructurales con los que ha salido la economía China, tras levantar las restricciones del covid a comienzos de año, ha obligado al Banco Popular de China a llevar un política monetaria totalmente opuesta al resto de países, viéndose obligado a bajar los tipos de interés de los servicios de préstamos, para intentar reactivar la economía, dejando a un lado los datos de inflación, que claramente no son su prioridad.

Al margen de que podamos volver a ver alguna subida de tipos de interés en EEUU y en la Zona Euro, lo cierto es que el techo ya está cerca, lo que sigue añadiendo certidumbre en este campo, que puede ayudar a las economías domésticas en la elaboración de sus presupuestos familiares, así como a las empresas, en su parte de créditos o emisiones de deuda, para financiar sus proyectos.

A los gestores y analistas, cada vez les gusta más el nuevo escenario en el que nos estamos adentrando, porque se ajusta mucho más a la ortodoxia financiera, que permite limpiar distorsiones del pasado, haciendo sobrevivir a los proyectos consistentes, frente a los que no lo son y que sólo se mantienen vivos en circunstancias como las vividas hasta el año pasado, con tipos de interés negativos.

El sector de la tecnología, impulsado por la moda de la inteligencia artificial, sigue acumulando subidas importantes, así como los valores de las compañías que la están incorporando a sus procesos productivos, constituyendo una gran oportunidad de inversión, como lo son muchos activos de renta fija, alrededor del mundo, que deben ser incorporados en las carteras de los inversores.

La fulgurante subida de muchos activos y mercados, en lo que llevamos de mes de junio, hace pensar a buena parte de los expertos, que en algún momento nos encontraremos con alguna realización de beneficios, que permita consolidar los niveles actuales. Desde el punto de vista del análisis técnico, el S&P 500 ha entrado en fase alcista, al subir más de un 20% desde sus niveles mínimos de octubre del año pasado, aunque no estará exento de recortes.