El año está transcurriendo más plácidamente para los mercados de capitales, de lo que todo hacía presagiar, todo lo que sucedía a finales del año pasado. Nos adentramos en el segundo trimestre, que posiblemente sea el determinante, en cuanto a políticas monetarias se refiere.

La crisis bancaria desatada en el mes de marzo, ha puesto sobre la mesa la certeza de que los tipos de interés, tanto en EEUU como en la Zona Euro, deberían encontrar su punto más alto en este segundo trimestre del año.

La Reserva Federal en EEUU tendrá citas a comienzos de mayo y junio. Las encuestas, en estos momentos, apuntan a que la FED podría subir un 0,25% en mayo, para llevarlos entre el 5 y el 5,25%, siendo este su nivel más alto. Esta posibilidad la apoya tanto el dato de inflación conocido esta semana, que baja por noveno mes consecutivo, como las caídas de los precios de producción y las ventas minoristas.

Con la crisis bancaria, varios miembros de la FED han reconocido que la economía americana podría encaminarse a un ligera recesión, algo que van a seguir muy de cerca, analizando el impacto que dicha crisis pueda estar teniendo en la concesión de créditos y los depósitos que tienen las entidades.

Los resultados que han publicados algunos grandes bancos americanos han sido ligeramente mejores de lo que se estaba esperando, por lo que en principio, el impacto inicial no está siendo demasiado grande, aunque hay que darle varios meses de margen, para poder calibrarlo correctamente.

Por su parte, en la Zona Euro, el Euribor está descontando que los tipos no llegarán al 4%, de ahí que posiblemente también les quede una subida de un 0,25%. La economía alemana está resistiendo con mucha fortaleza todos los desafíos que se les presentan, de manera que consideran que posiblemente esquiven la inflación.

El sector del lujo ha empezado a publicar resultados del primer trimestre y sorprenden con subidas de ingresos superiores a los dos dígitos. Para la gran mayoría de las compañías, los analistas consideran que las cuentas van a seguir deteriorándose y están muy atentos a los comentarios de los directivos, sobre las expectativas que esperan para el segundo y sobre todo, para el tercer trimestre.

En cuanto a las bolsa, decir que no sería extraño ver alguna caída en los meses de mayo o junio, teniendo en cuenta los niveles en los que se encuentran y que aún quedan muchas incertidumbres sobre la evolución de las economías para los próximos meses. Lo que si es cierto, que cuando esa caída se produzca, los gestores aprovecharán para comprar con parte de la liquidez que tienen a la espera, en esa fase de construcción de carteras en las que se encuentran, y para la que se han dado todo el año.