Algo tan serio como son las cuentas públicas, se ha convertido en un espectáculo bastante esperpéntico por parte de este Gobierno, como casi todo lo que hace.

Resulta complicado abstraerse de los asuntos políticos de nuestro país, cuando tienen un impacto económico tan importante para los ciudadanos y las empresas. Menos sorprendente resulta que el empleo ya se esté resintiendo, que la inversión se retraiga que la desconfianza aumente.

Las cuentas públicas deberían hacerse con el rigor y seriedad que merecen, algo que llevamos años echando de menos y que desafortunadamente seguiremos haciendo, al menos, mientras este Gobierno siga en el poder.

La prensa especializada, ha tachado los presupuestos como electoralistas y los ha denominado como “Unas cuentas para sostener el derroche”. Poco hay que añadir a esto, salvo la clara opinión del Gobernador del Banco de España, que ha revisado a la baja sustancialmente el PIB para nuestro país el año próximo, frente a lo estimado por el Gobierno, al tiempo que manifiesta su disconformidad con que no se reduzca el déficit con el aumento tan importante que tienen de ingresos.

Las empresas se han encontrado con otra desafortunada noticia para sus presupuestos, al conocer que los gastos sociales aumentarán un 8,6% el año próximo. Lo que parece milagroso es que no tengamos más fugas y cierres de empresas, cuando estamos sufriendo el mayor ataque la sector privado en la historia de la democracia española.

Todavía nos queda todo el año próximo para calibrar todos los daños que este Gobierno va a causar a la economía de nuestro país. A partir de ahí podremos calibrar el tiempo que hará falta para recuperar niveles anteriores, pero lo que está claro es que esto sólo va a ir a peor. La esperanza viene de las encuestas, que vaticinan un cambio de Gobierno en las próximas elecciones, que da esperanza a la lucha presente por resistir, a la espera de épocas mejores, en las que todos los ciudadanos sean tratados con más respeto, que se legisle y gobierne con más eficiencia, pensando en el bienestar de todos los ciudadanos y acabar con los pagos a mercenarios, según en que Comunidad Autónoma se viva y lo rehén que tengan a un Gobierno.

En los mercados de capitales, la euforia del comienzo de mes se ha quedado sólo en eso, en euforia momentánea, pero que nos recuerda lo rápido que reaccionan los mercados al alza, en cuanto llega alguna noticia positiva. La expectativa de que la FED moderase su discurso, llevó a los principales índices americanos a recuperar en dos sesiones lo caído en el último mes y medio, ayudando también a los europeos a recuperar posiciones.

El dato de desempleo americano mejorando del 3,7% al 3,5%, ha dado al traste con la ilusión. La lectura algo más profunda de los datos de empleo, nos han reflejado que se están generando menos puestos de trabajo que el mes anterior, aunque haya sido una cifra superior a la esperada.

Ahora todos pendientes del dato de IPC americano para la semana próxima y la temporada de resultados, lo que aumentará la volatilidad de los mercados el presente mes de octubre.