En los próximos meses, todos debemos prepararnos desde ya, para hacer frente a lo que venga, con actitud positiva, trabajadora y resiliente.

Las noticias respecto a los rebrotes, la complicada e incierta vuelta la cole y la desaceleración de la recuperación de las economías, nos pondrán a todos a prueba, en nuestra capacidad de enfrentarnos a las incertidumbres, pero sin dejar por ello de mantener la normalidad que corresponde, con la época posterior a las vacaciones.

Las fiestas familiares o de cualquier tipo, así como las reuniones sociales masivas y muchas actividades relacionadas con el ocio, claramente están siendo restringidas por las autoridades sanitarias, pero también deben serlo por la responsabilidad individual. El objetivo de contener la propagación del virus y proteger la salud de las personas, no debe poner en riesgo la supervivencia de las empresas. Para ello, además de unos protocolos claros, que vayan en la línea de lo que recomiendan las autoridades sanitarias, debemos ser conscientes de la responsabilidad individual para cumplirlos, al tiempo que recordamos a los más jóvenes su obligación de cumplirlos también, en sus colegios y en cualquier otro lugar.

A nivel económico, lo que va a venir no va a ser mejor que lo que hemos pasado en el segundo trimestre. De hecho se espera que en el último trimestre del año, las economías tengan un comportamiento menos favorable que en el segundo. Este último será mejor, simplemente por el hecho de que compararlo con el segundo, es muy fácil hacerlo mejor, teniendo en cuenta que salvo China, que lo vivió en el primero, el resto han registrado la recesión más profunda de su historia. España, junto con Reino Unido, tienen el triste honor de compartir los dos peores puestos, y por tanto la mayor recesión de los países de la OCDE.

Al Gobierno de España le espera una recta final de año más compleja de lo inicialmente prevista, porque la economía se está comportando peor de lo que tenían en sus pronósticos. Esta realidad, constatada por la Ministra Calviño, les complica la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, que son sin duda su mayor reto.

En EEUU les espera una de las elecciones presidenciales más convulsas que se recuerdan. La gran mayoría del país clama por la vuelta de los demócratas a la Casa Blanca y el actual presidente va a hacer lo que sea preciso por intentar mantenerse la frente de la primera economía del mundo. La campaña electoral se aventura muy dura entre ambos candidatos a la presidencia.

En Reino Unido, el 31 de diciembre será la despedida definitiva de la Unión Europea, sin posibilidades de ninguna salida alternativa. Esa realidad está dejando encima de la mesa que a falta de cuatro meses, las posibilidades de un Brexit sin acuerdo sea el que más posibilidades tiene en este instante, con la incertidumbre que ello va a generar y sobre todo, con los daños económicos importantes a varios países.

Los inversores son los que están más satisfechos, porque parece no ir con los mercados financieros, todo lo que está sucediendo. Las ingentes cantidades de dinero que están fabricando los Bancos Centrales, las ayudas anunciadas por los Gobiernos y la entrada de dinero constante, están haciendo que nada les afecte. En EEUU tanto el S&P 500 como el tecnológico Nasdaq, están marcando máximos históricos casi en cada sesión.

Los sectores relacionados con el turismo, el ocio o el sector financiero, sin duda son los más dañados, de ahí que índices como el selectivo IBEX 35, sean el patito feo, y sin posibilidades de convertirse en cisne, al no tener entre los valores que lo componen, empresas punteras en los ámbitos de megatendencias que son los grandes ganadores.

La duda para los próximos meses está en si los mercados financieros seguirán comportándose como hasta ahora, o se darán algún baño de realismo, que haga que cierren en negativo algún mes, antes de finales de año.

Ante todo esto, cada uno de nosotros tenemos que preparar nuestra coraza y nuestras armas, para luchar contra todos lo que venga. De esa manera estaremos preparados para ganar la guerra, aunque perdamos alguna batalla en el corto plazo.