Las reuniones de la Reserva Federal estadounidense siempre generan expectación, pero la celebrada esta semana, se encontraba entre las históricas, que llevan a muchos gestores a no pensar en otra cosa, hasta que el presidente, en este caso Bernanke, despeja sus incertidumbres o zozobras.

¿Por qué ésta generaba tanta expectación?. El impacto que causaron las palabras de Bernanke, cuando en mayo dejó claro que empezarían los recortes a los estímulos, venía motivado por el nuevo escenario en el que gestores e inversores tendrán que moverse, que no es otro, que las subidas de tipos de interés. Tras la sacudida inicial del primer momento en todos los mercados mundiales, pasamos un verano más tranquilo, para asimilar la nueva realidad, al tiempo que se recuperaba parte de la tranquilidad, sabiendo que sus palabras llevaban mucho de prudencia, y nada de precipitación. Ahora tocaba comprobar si había llegado el momento de pasar, de las palabras a la acción, o al menos, de fijar un calendario para poner en práctica la retirada de estímulos.

El Presidente Bernanke, ha dejado claro que la toma de sus decisiones no se fundamentan en cumplir con las expectativas del mercado, sino en cimentar la recuperación económica de Estados Unidos. Nadie puede negar que la razón le acompaña completamente. Algunos expertos han recordado al admirado Greenspan, más tarde denostado, cuando a duras penas consiguió que la economía americana creciese creando empleo. A fin de cuentas eso es lo único que interesa allí, y por qué no decirlo, aquí en España y en cualquier economía avanzada del mundo. Tal vez a Bernanke le pase lo mismo. No obstante, si cumple con dejar su mandato a finales de enero de 2014, los resultados del plan que deje fijado antes de irse, los verá en los periódicos, porque será otro, o tal vez otra, quien los comunique.

Ahora la expectación ha pasado a octubre, cuando en esa reunión, vuelva a comentar la decisión tomada. ¿Será en ese momento cuando empiece la temida retirada de estímulos o presente el calendario? Una vez más ¿cómo reaccionarán los mercados?.

En esta ocasión la sorpresa llevó a los índices bursátiles mundiales a subir alegremente, marcando los americanos máximos históricos y convirtiendo en soporte los 9.000 del Ibex 35, en lugar de la resistencia que suponía ese nivel hasta ese momento. Poco ha importado a los mercados, que el crecimiento de la economía americana no sea tan sólido como para empezar a retirar los estímulos. La alegría es que sigue habiendo barra libre de liquidez y eso siempre es una fiesta, aunque provoque burbujas futuras que terminen en resaca insoportable. Ahí tenemos, una vez más, el comportamiento psicológico de los inversores en la toma de decisiones.

Si en octubre mantiene la situación sin cambios, tal vez el mercado interprete justo lo que acabo de mencionar y los índices recorten con virulencia, o tal vez no. Estas son las incertidumbres con las que tendremos que llegar a final de año y que tendrán a los gestores en jaque, para tomar decisiones en las carteras que gestionan, de si aumentan o reducen sus posiciones en renta variable o renta fija, y en qué porcentaje. Para los inversores particulares, los fondos mixtos flexibles son una garantía de estar en el mercado con el riesgo controlado, y los posibles recortes, serán una clara oportunidad de compra de fondos de renta variable, para aquellos que todavía están fuera, o que quieren aumentar la posición que tienen en España, Europa o Estado Unidos.

Octubre está lejos, aunque llegará más pronto de lo que nos imaginamos. Ahora la principal incertidumbre está en las elecciones de Alemania, y si el gobierno que salga de las urnas generará una inestabilidad, que dañe el incipiente crecimiento económico de la Zona Euro, y todas las reformas en marcha.