Hasta no hace tanto, era la deflación, es decir, la inflación negativa, la que asustaba a los mercados y a los inversores. Ahora, tras la subida fulgurante de algunas energías y en concreto del petróleo, lo que preocupa es la vuelta de la inflación.

Antes de continuar, debemos mencionar que es la sorpresa de la inflación del 3% en España y la de EEUU en el 2,5%, la que está haciendo que se preste mayor interés al impacto que pueden tener. Para empezar, ya se espera que la Reserva Federal americana suba los tipos de nuevo, en un plazo de tiempo no muy largo e incluso, que lo haga en varias ocasiones este año.

De forma inmediata, lo que más preocupa es el aumento de la incorporación de renta variable a las carteras, disminuyendo la parte de renta fija, por el simple hecho de que se busca obtener una rentabilidad superior a la inflación, sin tener en cuenta el perfil de riesgo personal e incluso, las incertidumbres y riesgos implícitos que hay actualmente en los mercados.

La máxima de que la rentabilidad del patrimonio debe superar la inflación, está intacta, para no perder poder adquisitivo. No obstante, debe matizarse, bajo el prisma del medio o largo plazo, para entender cómo invertir en momentos como los actuales.

Debemos partir de que la subida de la inflación está motivada por la subida fundamentalmente del petróleo y no tanto por la subida de otros componentes de la cesta de la compra. El crecimiento mundial no demasiado alto, y la búsqueda constante de los consumidores de productos baratos, no tanto por necesidad, como por cultura social, lleva a gestoras como Vontobel, a interpretar que la inflación, excluido el precio del petróleo, no va a ser un problema a medio plazo. Lo que sí puede serlo, es el hecho de cambiar drásticamente la estrategia de inversión, asumiendo más riesgos, y por tanto la posibilidad de mayor volatilidad o pérdidas, cuando el mercado despierte del placentero letargo en el que se ha instalado desde hace unos meses.

La prudencia y las estrategias de largo plazo, con una amplia diversificación de activos y gestoras, son sin duda la mejor postura en estos momentos, para los que prefieran más tranquilidad, hasta que se despejen las incertidumbres políticas de la Zona Euro, hasta que sepamos si el Brexit será duro o blando y cuál será el impacto de la nueva política económica en EEUU.

Dónde también se analiza el impacto de la subida de la inflación es en las revisiones salariales. Según como se maneje ese asunto, puede suponer un aumento de costes, que muchos sectores o empresas no puedan soportar. No hay que olvidar que los costes de seguridad social y el aumento de impuestos para muchas empresas, las están poniendo en situaciones bastante complicadas.

El alivio seguirá de momento, en los bajos tipos de interés, lo que seguirá ayudando en la parte de los costes financieros, pero sabiendo, que eso no se va a mantener en los próximos años.

Todo esto hace se deban tener en cuenta las nuevas circunstancias, para que cada uno elija el camino que considera más apropiado.