El Vix es conocido en el mundo financiero como el índice del miedo, que refleja el nivel de esta emoción tan paralizante, entre los inversores, en función de lo que está sucediendo en los mercados de capitales y el mundo de la economía, al cual nos referimos como volatilidad.
En la actualidad está llamando la atención el nivel tan bajo en el que se encuentra, teniendo en cuenta los desafíos a los que se enfrentan las principales economías del mundo. Su nivel actual es de 13,55 puntos, muy por debajo de su media, que es de 20 puntos.
En pleno mes de marzo, en plena pandemia del covid, este índice marcó su máximo en 82,69 puntos. En marzo del año pasado, con guerra de Rusia-Ucrania recién comenzada y los precios de la energía disparados, el nivel fue de 36,45 puntos. En marzo de 2023, cuando estalló la crisis bancaria en EEUU, el nivel se situó en el 26,52 puntos.
Como demuestra la práctica en los mercados de capitales, los inversores particulares toman buena parte de sus decisiones con las emociones, por encima de la razón, de ahí que la volatilidad y con ella, el índice Vix, tengan movimientos muy fuertes, tanto hacia arriba como hacia abajo.
De hecho, a finales de octubre del año pasado, los niveles de volatilidad fueron de los más altos del año, con los inversores queriendo vender sus activos tras las caídas que llevaban acumuladas en el año. La realidad demostró una vez más, que los inversores que son fieles a sus estrategias de inversión, en función de su horizonte temporal y sus niveles de riesgo, han sido los grandes ganadores.
Todo el miedo descontando situaciones económicas graves, fueron disipándose a medida que los mercados de renta variable empezaron a subir, dando valor al mejor comportamiento de las economías, los resultados empresariales y la mejora gradual de la inflación.
Tras casi seis meses de mayor tranquilidad en general, han llevado a los niveles de volatilidad y por tanto del Vix a mínimos por debajo de su media. Ahora que la Zona Euro ha entrado en recesión técnica, que en EEUU ya apunta a una debilidad de la economía, los expertos consideran que el consumo va a dejar de ser uno de los motores que hasta ahora sujetaban las economías, de manera que veremos bajar los márgenes de las empresas y con ello el aumento del desempleo.
Con esa realidad que parece que se va a ir agudizando, la pregunta es saber cuando caerán las economías y cuanto las bolsas, tras las subidas que llevan acumuladas este año. La respuesta exacta no la sabe nadie, pero está claro que tendremos por delante recortes en los precios desde los niveles actuales, aunque no deberían ser dramáticos ni generalizados.
Para las estrategias que tienen liquidez acumulada será una buena oportunidad para comprar valores atractivos a mejores precios. Para aquellos inversores que han apostado con fuerza por la renta variable, tal vez sea momento de rebalancear carteras, recogiendo parte del beneficio conseguido y llevarlo a fondos de inversión con activos a corto plazo, para aquellas cantidades que se deseen volver a invertir en renta variable, o a fondos de renta fija con duración más larga, para aprovechar los precios actuales de los bonos y aprovechar las rentabilidades por encima del 5%, que se esperan en este tipo de activos para los próximos 3 ó 4 años.
En cualquier caso, es momento de analizar las carteras y desde luego lo hay que no hay que hacer, es dejarse seducir por las letras del tesoro o por los depósitos, porque supondrán un importante quebranto económico, respecto a las alternativas de inversión que existen en la actualidad.