El Ibex 35 lleva acusando su mal de altura durante todo el verano, pero ha sido especialmente intensa su caída en las últimas seis sesiones, lo que ha provocado cierto vértigo, al que no nos tenía acostumbrados, y que muchos pensaron que no llegaría.

Desde que nuestra economía salió de la recesión, en el verano del año pasado, el emblemático índice español prácticamente no ha dejado de subir, hasta el momento. Dado que la memoria es muy corta, muchos habían olvidado que los recortes siempre llegan, aunque estemos inmersos en un ciclo alcista, como es el caso, para la gran mayoría de los analistas y los gestores.

En momentos como estos, es cuando el inversor recuerda que el éxito está en la diversificación y mantener controlados los niveles de volatilidad, es decir, fluctuación de la valoración de la cartera, complementando los activos de renta fija y variable, en la proporción adecuada, y no dejándose llevar por las emociones, en ningún momento, cuando se trata de llevar a cabo la estrategia de inversión de su patrimonio.

Las razones para los recortes en toda Europa no pueden ser más contundentes, aunque bien es cierto, que el efecto verano, con un menor volumen de contratación, siempre acentúa la caída o la subida de los mercados, según lo que toque cada año. En el presente, la nacionalización del Banco Espírito Santo, la suspensión de pagos de Argentina y las sanciones a Rusia, que  hacen temer el impacto que tendrán en la economía europea, son razones muy poderosas para recortar, a unos mercados que habían subido mucho.

El presidente del Banco Central Europeo ha dejado los tipos en el 0,15%, y resulta gratificante saber que es consciente de que su ayuda será necesaria para mantener la economía europea creciendo, dado que ya tiene preparadas las medidas, para aplicarlas a vuelta del verano, según vaya conociendo la evolución de la actividad económica.

Europa no puede permitirse el lujo de dejar abandona a Ucrania a su suerte, en manos de Rusia, sin aplicar sanciones, aunque ello ponga en peligro parte de los logros conseguidos en la crecimiento económico. Tal vez nuestras economías estén preparadas para soportar el contratiempo, aunque Italia haya entrado en recesión y Francia lo esté pasando mal. Lo cierto es que no estamos en una situación de debilidad que nos haga vaticinar lo peor, aunque no nos vendrá mal,  la ayuda del Banco Central Europeo y algo de suerte, para seguir reformando y creciendo, al tiempo que se presione a Rusia para que rectifique su actitud hacia Ucrania.

Por tanto, los precios actuales en muchos activos europeos y españoles en concreto, se encuentran en valoraciones muy atractivas para tomar posiciones, pensando en la recta final del año, y sobre todo en los años próximos. Una oportunidad que pueden aprovechar los que no están de vacaciones y pueden dedicar tiempo a reestructurar sus carteras.