Este tema será actualidad de forma recurrente en los próximos años, al igual que lo ha sido en los últimos veinte, por la importancia que tiene para las economías domésticas, una vez que va finalizando la etapa activa de los ciudadanos, fundamentalmente por la incertidumbre que hay, respecto a la cuantía de la pensión que se percibirá de la Seguridad Social pública.

Esta semana nos han presentado la herramienta que pueden utilizar los ciudadanos, para saber de antemano qué pensión recibirán tras la jubilación, con la ayuda de las nuevas tecnologías, junto con la información que tiene la Seguridad Social. Como todo lo novedoso y tecnológico, las limitaciones de dicha herramienta apuntan a que la información nos es demasiado fiable, cuando la edad de jubilación es posterior a 2019.

Al margen de esos datos, la gran mayoría de los ciudadanos ya es consciente de que se trabajarán más años y que la pensión será inferior. Ante esa realidad, unos prefieren no pensar en ello, como el avestruz escondiendo la cabeza y otros, más previsores, han decidido poner remedio, incluyendo en sus presupuestos familiares, un ahorro anual para dicho momento.

Hasta ahí todo es, relativamente fácil, porque es un tema de voluntad y sentido de la responsabilidad. El asunto se complica algo más, cuando hay que decidir qué hacer con ese dinero, porque las alternativas de vehículos para el ahorro son múltiples. Con poco margen para la duda, una mayor educación financiera, que permita analizar los pros y contras de cada alternativa, es la mejor vía para acertar. Los planes de pensiones, junto con los fondos de inversión, son los que pasan la criba y los filtros más exigentes, de seguridad, fiscalidad, rentabilidad y liquidez.

Llegados a ese punto, el reto es saber cuál elegir y en qué entidades confiar su gestión. Como siempre, la diversificación garantizará el éxito y un buen asesoramiento independiente.

Los planes de pensiones suelen ponerse de moda en la recta final del año, por las aportaciones que se pueden hacer, para llevar a cabo los pocos ajustes fiscales que el nuevo IRPF nos permite. No obstante, este año tienen un interés todavía mayor, por las importantes novedades incorporadas, tras la reforma fiscal que entro en vigor en enero, tanto en las limitaciones de las aportaciones, como en los rescates, con la posibilidad de perder la bonificación del 40% de las aportaciones realizadas hasta 2006, si no se respetan los plazos marcados.

Para todos aquellos que deseen manejar con detalle toda esta información, les remitimos a los seminarios sobre planes de pensiones que estamos organizando, así como toda la información que tenemos en la sección de apuntes financieros, para que con todo ello, les ayudemos a resolver todas sus dudas, teniendo en cuenta la enorme importancia que este asunto tiene.