En relación con la XI legislatura de nuestra democracia, todo apunta que será la más breve de todas, y posiblemente esto se confirme el próximo martes. Hasta que eso pase, de momento sigue viva, aunque ya la tratemos como si estuviese muerta.

Ante esa posibilidad, cada día más próxima, y ante la impresión de que se ha perdido un tiempo precioso para los intereses de la economía española, veamos si podemos salvar algo. Lo que el Ministro de Economía ha dejado claro esta semana, es que no se van a cumplir sus estimaciones de crecimiento para este año, que eran del 3% y que ya ha rebajado, inicialmente al 2,7%. El paro no mejorará, el déficit desbocado exige la clemencia de Bruselas para alargarnos el plazo de cumplimiento y el Gobernador del Banco de España, ha dejado claro que no hemos superado los desequilibrios económicos. La conclusión irrefutable es que se desacelera la locomotora, y aunque seamos de las economías que más crezca, entre los países desarrollados de nuestro entorno, lo cierto es que tenemos en riesgo serio, sin avanzar en las reformas que necesitamos, para conseguir una economía saludable, que reduzca el paro y que mejore las expectativas futuras.

Hasta aquí, todo lo que ya hemos perdido y lo que tenemos en riesgo. Por contradictorio que parezca, posiblemente lo mejor que hemos visto, hasta el momento, son las intenciones, métodos, fines y medios, de aquellos nuevos aspirantes a gobernar nuestro país, antes de que ni siquiera hayan llegado a hacerlo.

Para quien pueda sacudirse el hedor que provoca el espectáculo que estamos viviendo desde comienzos de año,entre los viejos y nuevos aspirantes al Gobierno, quédense con el hecho real, de que todos han demostrado a quienes les votaron, sus reales intenciones. Para quienes ingenuamente se creyesen el “buenismo” de los “podemitas”,  mantengan fresca en su memoria las luchas fratricidas en las que se han instalado, las exigencias de cargos en determinados ministerios por parte de su líder nacional, antes de pensar en el bien general de España y la última, su descarado autoritarismo, por si alguien no lo había detectado, al querer mutilar, someter y callar a la prensa de nuestro país.

Con los representantes de Ciudadanos, a la gran mayoría de sus seguidores nos les ha gustado mucho, su acercamiento al Partido Socialista, porque ha sido interpretado como que cualquier aliado es bueno, con tal de llegar al Gobierno. Del líder socialista no hay nada que decir, porque realmente ha intentado lo que todo el mundo sabía que haría y respecto al Partido Popular, la debilidad definitiva de su líder, ya demostrada en las en las elecciones de mayo del año pasado, debería hacerles reflexionar seriamente, sobre quien debería ser el nuevo candidato para las más que probables elecciones de junio.

Si con todo esto que hemos visto, en las nuevas elecciones conseguimos un resultado que permita formar un Gobierno estable, al tiempo que responsable con las necesidades de España para el futuro, podríamos dar por buena esta fallida legislatura, que sin duda podría haber sido mucho peor, si de ella hubiese salido un Gobierno con intenciones de romper el sistema, de volver a totalitarismos pasados, llenos de violencia, injusticia y pobreza, para la gran mayoría de los ciudadanos, que son los que no están en el poder, abusando del mismo y aniquilando a todos aquellos que no se someten a sus dictados. Todavía corremos ese peligro, pero tal vez algo menos que hace unos meses.