Cuando leemos los distintos informes que los reputados economistas o analistas hacen cada día, la primera conclusión es que nadie ve el horizonte despejado. También es cierto, que las nubes o negros nubarrones también son dispares, entre los expertos, los países y el tiempo al que hablemos.

En los temas de actualidad como el precio del barril de petróleo para el futuro, según a quien preguntemos, lo ven entre los 40 y los 60 dólares. Al margen de que la OPEP se ponga o no de acuerdo en la reducción de la producción para subir precios, lo cierto es que si se les va de las manos, dañará el frágil crecimiento de la economía mundial. Respecto a este asunto la gran mayoría coinciden en que habrá crecimiento mundial muy moderado en los próximos años. Esta realidad es la que añade mucha fragilidad a los asuntos económicos y financieros mundiales, al tiempo que sufrirán más, quienes estén en la banda baja de crecimiento o en recesión.

Respecto al petróleo, lo que ha cambiado respecto a décadas anteriores, es que los todopoderosos países de la OPEP, con Arabia Saudí a la cabeza, ya no lo son tanto. Las nuevas empresas americanas extractoras de petróleo y una menor dependencia mundial del “oro negro”, están cambiando las relaciones geopolíticas de los países implicados.

Respecto a los asuntos políticos, al margen de que los debates entre candidatos, sean americanos o de otro país, son bastante soporíferos, poco pragmáticos e incluso vulgares, las encuestas que se hacen tras su celebración, influyen en la campaña de las elecciones. En este caso, son las americanas las que copan toda la atención. Cuando las encuestas dan ganadora a Clinton el peso mexicano sube y cuando es Trump el que se pone el cabeza el peso cae. Esto nos dice que su país vecino, será uno de los más afectados por el resultado. En lo que coinciden la gran mayoría de los gestores es que gane quien gane, el gasto público en infraestructuras en EEUU va aumentar, lo que centra el foco de los inversores.

Con respecto al Brexit, casi todos estas asumiendo que va a ser “Brexit duro”, aunque hay quienes opinan que el tema es tan complejo de llevar a la práctica, que todavía está por ver, si son capaces de llevarlo a cabo. Para quienes analizan el impacto en la libra, coinciden que está en mínimos de las últimas décadas, lo que refleja que posiblemente su economía entre en recesión en 2017. Escocia se está preparando para volver a votar si prefieren seguir en Reino Unido o irse con Europa si se materializa el Brexit. El nivel actual de la libra es considerada por algún reputado economista, como una oportunidad de inversión, pero sabiendo y teniendo muy presente el alto riesgo que conlleva.

En los mercados de renta fija todos coinciden en que los activos tienen más sombras que luces, pero nadie sabe qué impacto tendrá en ella las subidas de tipos, o cualquier sock que se pueda producir en el mercado. Por lo pronto la SEC americana ya ha aprobado una normas, para hacer que los fondos de inversión tengan liquidez suficiente para vender los activos de renta fija, al ritmo al que puedan llegar las órdenes de reembolso, cuando vaya cambiando el panorama.

Como pueden ver, no hay horizonte despejado, ni en el corto ni en el medio plazo. La buena noticia es que los gestores lo saben y están preparando sus carteras para ello, lo que siempre es conveniente y genera confianza. Tengan cuidado los que no están teniendo en cuenta las alarmas y quienes son los eslabones débiles de esta situación, porque serán los más damnificados, cuando la tormenta llegue, que siempre que lo hace, no avisa el día antes.