La vuelta del verano no ha sido especialmente tranquila, y los dos meses que nos faltan para comer la uvas y despedir 2014, presagian mucho movimiento, tanto en el ámbito político, como empresarial o financiero.

Los casos de corrupción y delitos fiscales, están sacudiendo nuestra sociedad, como si de un tsunami se tratase. Resulta difícil calibrar hasta dónde alcanzarán los daños, pero todo apunta a que van a ser de enormes proporciones, a tenor de todo lo que se está descubriendo e investigando. Parece difícil que puedan destaparse todos los casos que existan, e incluso posiblemente, nuestra sociedad no esté preparada para soportarlo, pero lo importante es que determinadas conductas, socialmente aceptadas hasta que estalló la crisis, ahora sean objeto de escándalo y rechazo. Con ello conseguiremos reducir el número de casos y desanimar a otros a llevarlos a cabo, de forma impune.

Lejos de parecer que la sociedad está más  enferma que nunca, es justo ahora, cuando empieza a demostrar signos de salud, al sacar a la luz toda la información y combatirla con la fuerza de la justicia. Aquellos que quieran sacar réditos políticos de esta situación, tarde o temprano se encontrarán señalados, porque nadie puede tirar la piedra, por estar libre de pecado.

Antes del 31 de diciembre tendremos la reforma fiscal aprobada, así como todos sus detalles, que tantos quebraderos de cabeza están dando a la ciudadanía, al no saber si deben tomar determinadas decisiones antes de final de año, para no verse perjudicados. En esta situación están muchos propietarios de inmuebles, que ante la presión ejercida al Gobierno, finalmente ha optado por mantener la misma fiscalidad, para los inmuebles valorados por debajo de 400.000 euros, no perjudicándoles fiscalmente si tienen coeficientes de abatimiento y venden a partir de 20015. Esta situación de incertidumbre, se une a la necesidad que tenemos, de hacer los ajustes fiscales antes de final de año, como por ejemplo las aportaciones a planes de pensiones, que para muchos contribuyentes, posiblemente, sea la última ocasión de hacer aportaciones superiores a 8.000 euros, porque todo apunta a que esa cifra, será el máximo que se podrá aportar a partir de 2015.

Las empresas también se verán muy afectadas por estos cambios fiscales, que se suman a sus esfuerzos por cerrar lo mejor posible el ejercicio, así como preparar las estrategias para 2015. La parte más positiva es que las expectativas para nuestra economía son mucho mejores que años anteriores, lo que permitirá llevar a cabo, en muchos casos, planteamientos estratégicos más optimistas, aunque seguirán encontrándose con dificultades para encontrar fácilmente financiación.

El sector financiero será el que más incertidumbres se va a encontrar, porque el Banco Central Europeo, como nuevo supervisor desde comienzos de noviembre, les obligará a llevar una gestión muy distinta a la que han realizado en el pasado, lo que les supondrá importantes desafíos, que ninguno tiene garantías de llevar a la práctica, con rotundo éxito.

Los mercados financieros han sufrido mucho durante el mes de octubre, pero las actuaciones de los Bancos Centrales, están poniendo las bases para que remonten en la recta final del año y tengan muchas posibilidades, de volver a los máximos conseguidos durante el año. La ampliación de los estímulos del Banco de Japón a su economía, ha sido el último revulsivo que los mercados no esperaban y que puede servir de catalizador, junto con los buenos datos de la evolución de la economía americana y de la gran mayoría de sus empresas. No obstante, será constante la alerta, sobre el momento en el que la FED empiece a subir tipos, que será el momento más delicado. Europa precisa de la ejecución de los estímulos anunciados por el BCE, así como las reformas estructurales en los distintos países, sobre todo en Alemania, Italia o Francia, que son los que más lo necesitan. Nuestra economía se está viendo ligeramente afectada, por el entorno de menor crecimiento, pero no parece un problema en la hoja de ruta marcada.

Con todo ello, tendremos dos apasionantes meses por delante, con mucha actividad, que deberemos gestionar adecuadamente, para no perder oportunidades y posicionarnos para un 2015, que será muy decisivo para el futuro de nuestro país y de cada uno de nosotros.