Los mercados de capitales se resisten a que el temor arruine el fulgurante comienzo de año, cuando estamos a pocas sesiones de dar por cerrado el primer mes de este 2023.
Hay una máxima en los mercados bursátiles que habla de que lo que hagan en enero, será reflejo de lo que se puede esperar para el conjunto del año. Claramente 2022 cumplió con dicha máxima, con creces, dado que enero fue de recortes y el balance del año también. Sólo los meses de julio, octubre y noviembre, fueron de subidas en los mercados, que aunque intensas, no suficientes para dar la vuelta a la inercia bajista. Si este año 2023 quiere cumplir con la máxima, deberíamos terminarlo con subidas en las bolsas.
Este mes de enero está dejando boquiabierto a los gestores y analistas, que se afana en recordar que esta subida es muy vertical y precipitada, para lo que nos espera en el resto del año. De ahí que ellos sigan gestionando con cautela y construyendo carteras en base a las estrategias marcadas, porque consideran que nada ha cambiado de forma relevante.
El dato de IPC americano en EEUU, subiendo un 2,9%, frente al 2,6% previsto, tiene una doble lectura: para el optimismo del mercado, que la economía americana se está desacelerando suavemente, a pesar de las subidas de tipos tan agresivas de la FED; para otros, ese dato puede ser la confirmación de que la semana próxima la FED se mantendrá firme en las subidas agresivas con un +0,5%, que lleve los tipos al 5% en EEUU, lo que pillaría de sorpresa a los inversores, que llevan semanas descontando una subida del 0,25%, tras el buen dato de IPC publicado durante el mes.
Aún con esa posibilidad más que real, los inversores prefieren seguir comprando y hacer que los índices sigan marcando máximos de comienzos de año, para llevar a colocar este comienzo de 2023 en la hemerotecas, como el comienzo más alcista de los últimos años.
Posiblemente todos estén en lo cierto, de manera que febrero sea un mes de realización de beneficios, para dar cabida a nuevas compras de activos en los mercados, a precios más atractivos que los actuales, una vez que se vuelva a tener presente que los tipos van a seguir subiendo, que permanecerán altos mucho tiempo y que la inflación es la que marcará el camino.
No obstante, en principio, también podríamos asistir a comportamientos más favorables de las economías y del IPC, que lo inicialmente previsto en las estrategias generalizadas para este año, porque si algo saben los mercados, es sorprender constantemente, tanto en lo favorable como en lo desfavorable.
María Jesús Soto