Mientras disfrutamos del verano, no está demás ir pensando en las tareas, que desde el punto de vista financiero, deberemos llevar a cabo en los meses de otoño.

La quietud y sosiego de los días de vacaciones, son muy propicios para pensar en ello, porque la vorágine del día a día, no permite dar prioridad a muchos asuntos financieros, que antes o después, descubriremos que eran muy importantes. Lo primero que hay que repasar a la vuelta de vacaciones es cómo se encuentra nuestro presupuesto anual, es decir, si hemos cumplido con lo que teníamos previsto, o si por el contrario, nos hemos descuidado y hemos provocado un roto en nuestras cuentas personales. Si eso fuese así, toca volver a reajustarlo, para ver de dónde se reducen los excesos cometidos, para intentar cumplirlo fielmente. Tal vez menores gastos en la recta final del año ayude, si no se pueden aumentar los ingresos. Los presupuestos familiares y personales se hacen para cumplirlos, teniendo así una planificación financiera saludable, que permita ahorrar para el futuro, sin comprometerlo en el presente, con alocados gastos o decisiones de inversión erróneas.

La segunda de las cuestiones a tener en cuenta es ver si podemos hacer algún tipo de ajuste fiscal, que nos permite reducir nuestra factura con Hacienda. Al Gobierno tenemos que agradecerle que haya adelantado parte de las bajadas de impuestos que tenía previstas para el año próximo, aunque a cada uno le corresponde analizar que hacer como por ejemplo: realizar aportaciones a planes de pensiones, hacer amortizaciones anticipadas a la hipoteca, estudiar con detenimiento el posible rescate de un plan de pensiones, o evitar los productos bancarios o activos que paguen rentas, sustituyéndolos por fondos de inversión. Todo esto requiere de una buena planificación financiero-fiscal, para la cual hay que elegir a los profesionales adecuados para llevarlo a cabo.

La tercera de las cuestiones importantes es analizar si la estrategia de inversión, que todo ahorrador debe tener con la liquidez de su patrimonio, es la adecuada para el escenario de subida de tipos de interés en EEUU, en el que entraremos para el mes de septiembre, si se cumple lo que la gran mayoría de los economistas y analistas esperan. Aunque el consenso opina que la subida será gradual y que no impactará seriamente en los mercados, lo cierto es que supondrá un cambio en el escenario mundial, dado que los tipos de la primera economía del mundo, no se mueven desde 2008 y habrá que ver el impacto real. El primero que se puede ver afectado es el dólar, que debería debilitarse nuevamente contra el euro, pudiendo llegar, para unos al nivel de 1,05 contra el euro, y para otros a la paridad.

Además de la subida de tipos, que es el acontecimiento estrella, tampoco hay que descuidar la evolución de la economía y los mercado en China, la concreción del tercer rescate de Grecia y las citas electorales de varios países, entre ellos el nuestro.

Con el Banco Central Europeo comprando deuda, los mercados de renta variable, deberían tener un buen comportamiento. No obstante la prudencia y buen juicio debe recordarnos que la diversificación de activos y países, es una máxima que siempre se debe cumplir en todas las carteras de inversión.

Como ven ya tenemos deberes para la vuelta de vacaciones. Procuren volver cargados de buenos propósitos y férrea voluntad de cumplirlos, porque sus finanzas personales se lo agradecerán. Mientras tanto sigan disfrutando del verano, pero sin olvidar que detrás llega el otoño.