Hemos conocido una encuesta que refleja como una gran mayoría de los estudiantes de bachillerato, prefieren montar un negocio que ser funcionarios. Parece que los frutos de la crisis están empezando a verse, en algo que claramente no tendrá vuelta atrás.

Hasta hace unos años era impensable que la gran mayoría de nuestros jóvenes no pensase en ser funcionario. La presión familiar para encontrar la seguridad de tener trabajo para toda la vida, en la administración pública ha sido enorme durante décadas. Algo que no podemos reprocharles, dado que la propia administración lo alimentaba con su equivocada estrategia de gestión, que ahora le costará  décadas digerir.

Muchos jóvenes son conscientes de que su futuro va a ser realmente complicado, pero todo apunta a que se van a enfrentar a él con la flexibilidad y energía que requiere la situación.! Pobres de aquellos que no lo vean así!, porque lo más probable es que cuando quieran caer en la cuenta, ya será demasiado tarde, y no habrá lamentación que les consuele, porque realmente no les va a solucionar nada.

La realidad de los acontecimientos les irá guiando por el camino que les permita labrarse un futuro, en el que no podrán dejar de lado el hecho de que sus vidas personales tendrán que ser muy ordenadas, para no tener que gastar energías y recursos, que serán más bien escasos, en solucionar situaciones que ellos mismos provocarán si no saben priorizar lo importante de cada momento. Los fines de semana, serán para muchos, el momento para descansar y cargarse de energía, pudiendo de esa manera, estar a pleno rendimiento en su trabajo durante la semana. Las escapadas fugaces y el ocio descontrolado, serán un lujo que muy pocos se podrán permitir. Para la gran mayoría, las vacaciones serán algo planificado y con los gastos muy bien presupuestados, porque los recursos no van a dar para todo.

Algunos ganarán tiempo estando en casa de sus padres y viviendo de los recursos familiares, hasta que estos se acaben para todos, o alguien decida que hay que ocuparse seriamente de aumentar los ingresos y reducir los gastos, antes de llegar a situaciones límite, que serán realmente dramáticas. Tal vez ese tiempo que creen ganar, respecto a los que asuman sus propias responsabilidades económicas cuanto antes, termine siendo un tiempo perdido que lamentarán toda su vida. No olvidemos que cada etapa de nuestra vida la marca fundamentalmente la edad, por la experiencia, energía, entusiasmo y preparación, que tenemos en cada momento. Intentar hacer a edades avanzadas, lo que nos correspondía de jóvenes, no suele salir bien en la gran mayoría de los casos.

Pensar en tener pisos en propiedad no será una cultura social como hasta ahora, sino que el alquiler será la vía elegida por la gran mayoría, para independizarse el domicilio familiar, tal y como sucede en países como Alemania. La conocida frase de “buscarse la vida” u otras como la “formación y la calle para correr”, serán algo que se instalará por doquier en nuestras familias, por necesidad, como ya nos ocurrió con muchas generaciones durante años.

Nuestra sociedad ha sabido siempre renacer de las cenizas como “el ave fénix”, por eso nos mantenemos a flote, a pesar de sufrir reveses importantes a lo largo de nuestra historia. Parece que nuestras generaciones mantienen en su ADN la supervivencia y conseguir grandes logros, cuando nadie espera nada de nosotros. Debemos cargarnos de ánimo para contagiarlo por doquier, y así sacar lo mejor de nosotros mismos. Debemos ayudar a nuestros jóvenes y niños a labrarse un futuro, estando a su lado para ayudarles a enfrentarse a los retos que tendrán por delante, no siendo nunca cómplices de sus posibles decisiones egoístas o acomodadas, dado que con ello no les ayudaremos en lo que realmente necesitan de nosotros. La voluntad todo lo puede, y eso depende única y exclusivamente de cada uno, no de las circunstancias que nos rodean.