La reunión de la Reserva Federal Americana ha dejado una sensación agridulce en los mercados.
Por un lado se cumplió el guion que estaba en todas las quinielas, como es el hecho de que los tipos de interés se mantuvieran sin cambios entre el 5,25 y el 5,50%. Las declaraciones del presidente de la FED en la rueda de prensa posterior al anuncio, han sido consideradas especialmente duras, al dejar la puerta abierta a una nueva subida de tipos antes de final de año y sobre todo al incidir de forma llamativa en que los tipos de interés van a estar muy altos, más tiempo de lo que el mercado está esperando.
Recordemos que hace unos meses, algunos analistas afirmaban que antes de final de este año, la FED bajaría tipos de interés. A estas alturas claramente no va a ser así, por lo que cobran interés, los que consideran que lo hará en la segunda parte del año próximo.
Powell ha anunciado que en las previsiones que ellos manejan, la inflación no llegará al anhelado 2% hasta el año 2026, situándose en el 2025, ligeramente por encima del 2%. La FED considera que la inflación se está comportando de manera muy resistente y aunque va reduciéndose, lo hace a un ritmo muy inferior al que se estaba esperando. Con la dureza de su mensaje, lo que está buscando es que ni empresas ni ciudadanos, actúen como si la inflación estuviese bajo control, poniendo en marcha planes expansivos, esperando que los tipos de interés bajen en un periodo corto de tiempo.
La FED no quiere cometer los errores que se cometieron en 1970 y que la inflación se les vaya de las manos, provocando con ello daños mucho mayores a la economía, de los que es está sufriendo en la actualidad, con las subidas de tipos. La subida de los precios de la energía y la fortaleza del mercado laboral, son parte fundamental en la persistencia de la inflación. De ahí que prefiera enviar ahora un duro mensaje, para intentar evitar males mayores.
El mercado ha tomado nota de sus contundentes mensajes y hay una parte de los analistas, que consideran que tal vez no se cumpla lo que han mencionado, en parte, porque la inflación puede remitir algo más rápido de lo que se espera, o porque la economía americana no mantenga el aterrizaje suave que la FED ha pronosticado.
Sea como sea, lo que resulta evidente es que estamos a punto de tener el techo definitivo de las subidas de tipos, que eso es una certidumbre para los mercados y que a partir de ahí, con más o menos plazo por delante, los tipos tendrán que empezar a bajar, lo que ayudará tanto a los activos de renta fija como a los de renta variable.
Mientras el mercado vaya descontando esa realidad y ésta llegue, los gestores están aprovechando para construir carteras que puedan aprovecharlo, con el objetivo de recuperar todas las caídas del año anterior y poner rentabilidad positiva a sus estrategias, teniendo con horizonte lo obtenido en el año 2021, que es el nivel más alto conseguido.
No hay que olvidar que los mercados alcistas ayudan a superar los niveles anteriores de rentabilidad y conseguir nuevos máximos. Sólo aquellos inversores que se dejen engañar por los cantos de sirena de los depósitos y letras del tesoro, se perderán la rentabilidad atractiva que se puede obtener en los próximos años.