El cierre del mes de mayo confirma que no se ha cumplido la máxima, de que para los inversores es mejor vender los activos de renta variable y no volver a comprar hasta octubre.
Los máximos alcanzados por las carteras de inversión diversificadas, alcanzaron su máximo en marzo y sus mínimos en abril. El mes de mayo comenzó con subidas importantes, tanto en los activos de renta fija como de renta variable, lo que provocó que a mediados de mes, de nuevo se habían alcanzado los máximos de marzo, e incluso se había superado.
Los buenos resultados empresariales publicados, así como el freno en la subida de la inflación americana, hacían a los inversores mantener la esperanza en la tan ansiada bajada de tipos de interés en EEUU, para el mes de septiembre. Todo ellos provocaba subidas de los principales índices estadounidenses a niveles máximos, lo que hacía presagiar que el mes de mayo iba a batir récords de ganancias.
La recta final del mes, no ha sido tan dulce, sino más agria, ante las subidas de inflación en buena parte de las economías de la Zona Euro y el temor a que la americana vuelva a dar malas noticias, con el consiguiente retroceso en las expectativas de bajadas de tipos.
En los últimos días, de nuevo los inversores han tenido un respiro de alivio con los datos macroeconómicos americanos. La revisión a la baja del PIB en el primer trimestre del año, que bajó del 1,6% inicialmente publicado al 1,3% como dato final, junto aumento del desempleo americano semanal, así como una mejora en el deflactor de los precios del gasto del consumidor y de la economía americana en general, mejoran el cierre del mes de mayo y abre el mes de junio, con la preocupaciones bajo control, al menos de momento.
Que llevar la inflación al objetivo del 2% iba a ser costoso, ya se tenía encima de la mesa, desde finales del año pasado. Una vez pasados estos primeros cinco primeros meses del año, lo cierto es que estamos más cerca de que vaya consiguiendo ganar la batalla, aunque sea más lento de lo que a la gran mayoría le gustaría.
La subida de la inflación en la Zona Euro hasta el 2,6%, en principio no debería ser inconveniente para que el Banco Central Europeo, cumpla el próximo jueves 6 de junio, con su compromiso de bajar los tipos de interés un 0,25%, desde el 4,5% en el que se encuentran. El siguiente recorte va a depender de la evolución de la inflación durante el verano y sobre todo, del momento en el que la FED americana comience a bajar los tipos.
Algunos analistas, ya estiman que los tipos de interés van a bajar en torno a un 2% en los próximos 14 meses. Este nuevo escenario de bajadas de tipos, ya se están recogiendo en el Euribor, de manera que ya se encuentra en niveles del 3,7% y con expectativas de seguir bajando.
Durante el mes de junio, y ya cerca del comienzo del verano, los datos macro serán decisivos para el cierre de este primer semestre del año, así como para la evolución de los mercados en la segunda parte del año.
Los gestores siguen aprovechando los momentos de volatilidad para aumentar posiciones en los activos que más les gustan, a precios más atractivos, lo que redunda en mayor rentabilidad para los inversores, tanto a corto plazo, con las recuperaciones de mercado, como a largo plazo, en cuanto se vaya consolidando la bajada de tipos de interés.