Cuando aún no hemos doblegado el monstruo de la inflación, Bruselas ya está avisando a los países de Europa tienen que volver a la austeridad, tras varios años de gasto sin control, para hacer frente a los efectos del cierre de las economías, en la época Covid.
Los países tienen que volver a un control del gasto, que no supere el 3% del PIB anual. Con los datos del año pasado, Italia, con un 7,4% es el país con más déficit, seguido de Francia. Por ello ambos países han sido expedientados.
Por su parte, en España el déficit en torno al 3,6 % en 2023, ha esquivado el expediente, pero ha sido amonestado por el empleo precario y el sistema insostenible de pensiones.
Para el presente año, después del verano, el Gobierno de España debería empezar a recortar gastos, algo que va a ser un auténtico desafío para los planes anunciados por el Gobierno, donde la austeridad no aparece por ningún sitio. De hecho, el Gobierno débil y rehén, está siendo chantajeado por sus socios, para conseguir la mayor parte de la tarta de la financiación autonómica.
La subida de impuestos en aumento, durante el último año, ha maquillado el resultado final del déficit de 2023, pero no es suficiente para cumplir con las exigencias de Bruselas, que por otro lado, irán en aumento.
Tras años de gasto indiscriminado y más populista que productivo, retomar la austeridad no será tarea fácil, ni para el Gobierno, ni para muchos ciudadanos, que se han acostumbrado a recibir subvenciones y prebendas varias, en un país que no se lo puede permitir.