La actividad en los mercados y en los asuntos políticos ha sido especialmente frenética en la última semana: Espirito Santo en caída libre, Argentina en suspensión de pagos, los Pujol desahuciados del mundo político, Rusia con nuevas sanciones…

Parece difícil creer que vamos a tener un mes de agosto tranquilo. Todos los asuntos importantes no se tomarán vacaciones, y por ello muchos de los que disfrutan de sus merecidas vacaciones, van a tener que estar pendientes de muchos asuntos laborales, por si se les necesita. No están los tiempos para desaparecer, como si no fuésemos a volver, ni por la importancia de mantener los puestos de trabajo, ni por la responsabilidad de muchos asuntos, que exigirán estar disponibles, para que evitar, que a la vuelta nos encontremos con problemas graves, que conviertan en un infierno la vuelta de vacaciones.

A pesar de ese sentido de la responsabilidad de quienes actúen de esa manera, no es menos cierta, la necesidad de descansar, llevando a cabo actividades placenteras, que nos relajen y que nos aporten sosiego, además de distracciones.

Excepto el mundo judicial,  que cierra, literalmente, por vacaciones, el resto tendremos una actividad inusual para esta época del año. Una economía que crece, genera una inercia de trabajo y actividad, difícil de romper durante un mes entero.Además muchos asuntos son realmente complejos, al tiempo que surgen oportunidades que no debemos dejar pasar, porque oficialmente estemos de vacaciones.

La recta final del año se antoja trepidante y ahora conviene hacer recapitulación de lo conseguido hasta el momento, para planificar correctamente los objetivos que se desean conseguir para final de año. Cuando estemos de nuevo con la actividad al máximo, resulta difícil planificar nada, porque se trata de ejecutar y resolver. Por ello es bueno aprovechar estos momentos para pensar y reflexionar más despacio, sin desconectar totalmente, porque no están los tiempos para ello.

Las vacaciones se antojan muy difíciles para los que están con asuntos judiciales, por sus presuntos fraudes fiscales, que desafortunadamente, cada día encontramos más personajes de renombre entre sus listas. Tenemos de nuevo en el candelero a Messi, se han sumado la familia Pujol, y veremos cuantos más salen, antes de que acabe la purga. Sin duda todo esto es bueno para limpiar el sistema, pero no deja de ser descorazonador, para los ciudadanos que trabajan y pagan sus impuestos religiosamente, con un sacrificio personal importante.

Todo lo que está sucediendo era inevitable, si queremos salir fortalecidos de la crisis y limpiar las conductas inaceptables.