Tal vez sea por la costumbre que tenemos en España de posponer los asuntos para el último minuto, porque nos gustan las emociones fuertes o porque somos unos temerarios, que nos encanta vivir al límite. Sea como sea, para casi todo lo que tiene plazo y fecha límite, casi siempre llegamos al límite y en ocasiones nos pasamos de frenada.

Hasta que llegamos a comer las uvas y celebrar el año nuevo, los últimos días siempre son de auténtico vértigo. Los inversores apuran el vender activos para realizar las compensaciones de plusvalías con minusvalías. Los que necesitan hacer aportaciones a planes de pensiones, creen que los días tienen más de 24 horas y que en estas fiestas hasta el 31 todo es posible. Algunos de ellos olvidan que las transferencias pueden comerse algún día, que tener que vender activos no siempre es de una inmediatez absoluta, y con ello, los cálculos apurados del tiempo que tienen, les llega quedarse fuera.

Los ajustes contables, los asuntos jurídicos, los créditos que deben firmase antes de que acabe el año, las subidas de la luz, la revalorización de las pensiones, aprobar los presupuestos… en fin, que al igual que las campanadas son 12 y que cuando acaban comienza un nuevo año, siempre terminamos el año corriendo. Todo esto sin contar con nuestra bien intencionada voluntad de felicitarnos, festejar, descansar, compartir tiempo con amigos y familiares…

De los temas comunes que nos interesan, ya sabemos que la luz subirá un 2,3% , que las pensiones se revalorizan un 0,25% y que el salario mínimo interprofesional queda congelado en los 645,30 euros mensuales.

En los mercados financieros, la expectación está en ver si el selectivo Ibex 35 termina el año en los 10.000 puntos. Algo que hasta hace una semana era impensable, pero que la decisión de Bernanke sobre la retirada de estímulos a la economía americana, ha hecho posible, con el rally de fin de año que nadie apostaba que se produjese. La hora límite serán las 14 horas del martes 31 de diciembre, que es cuando cerrará la Bolsa Española.

Las buenas noticias sobre la evolución de nuestra economía en la recta final del año, así como las esperanzadoras previsiones para 2014, nos ayudan a sobrellevar la recta final del año, con el deseo de que el nuevo año sea mejor que el que estamos despidiendo, además de para los datos macro, también para las familias y las empresas.

Que el buen humor, la esperanza y la ilusión, nos lleven en volandas hasta “las uvas”.