En nuestra vida debemos hacer frente cada día, a lo que puede ser verdad, mentira o políticamente correcto. Enfrentarse a estas tres palabras no resulta nada fácil, pero nadie puede escapar, porque estamos obligados a tomar decisiones y emitir opiniones, que se corresponderán con alguna o varias, de las tres opciones.

A menudo oímos hablar de la salud de una sociedad, y no precisamente para hablar de la salud de sus ciudadanos, sino algo más intangible, que tiene que ver con el mundo de los valores éticos o morales que defienden la gran mayoría de los ciudadanos, según aquellos que, voluntariamente, cada uno de nosotros decidamos poner en práctica en nuestra vida. Se dice que una sociedad sin determinados valores como el respeto a la vida, es una sociedad enferma. También podemos afirmar que una sociedad que no defienda la verdad y la justicia, está realmente enferma.

Cuando hablamos de los motivos por los cuales España ha llegado a una situación tan precaria, no sólo desde el punto de vista económico, sino también ideológico, intelectual, ético y moral; la mentira y la tibieza cobran un gran protagonismo.

En la presentación de sus memorias, el exministro Solbes ha dado una auténtica lección magistral, de cómo lo políticamente correcto, enmascara una gran mentira, que termina siendo desenmascarada por la verdad de sus propias declaraciones, afirmando expresamente, que mintió a todos los españoles sobre la realidad de la economía y su capacidad para gestionar el país, dejándonos la herencia económica más dramática que se recuerda en España.

En favor de sus afirmaciones tenemos que agradecer su valentía, al enfrentarse con sus propios fantasmas y prejuicios, poniendo en su sitio a la verdad, lo que resulta muy ejemplarizante para una sociedad como la nuestra, donde la mentira, dicha indiscriminadamente, acampa a sus anchas en todo lo que nos rodea, quedando impune en la gran mayoría de los casos, incluso por el verdugo del rechazo social.

Si además lo hace una persona de su ideología, y que ha tenido puestos de enorme responsabilidad, como gestionar la economía de un país, nos viene a la memoria la frase :” A mayor poder mayor responsabilidad”. ¿Dónde ha quedado la puesta en práctica de esta frase? ¿Cuántas personas con poder son conscientes de ello?

Cuando hablo de poder, me refiero a todo tipo de poder no sólo el político, sino también el directivo, el educativo etc… En mayor o menor medida, todos tenemos nuestra cuota de poder en el entorno que nos movemos ¿con qué grado de responsabilidad la ejercemos? ¿Luchamos y utilizamos la verdad, o nos dejamos llevar por la mentira o lo políticamente correcto? Lo políticamente correcto no siempre es cómplice de la mentira, pero desafortunadamente en muchas ocasiones es así, porque pocos tienen la valentía de decir la verdad, siendo ésta, políticamente correcta.

El buen gesto del exministro Solbes, en su ataque de sinceridad,  que aunque hace mucho bien a la verdad, no creo que consuele a quienes le votaron creyendo sus mentiras, ni a todas las empresas que han quebrado, ni a los millones de desempleados, víctimas de una política económica errónea y demoledora.

Una vez más, la falta de educación financiera, ha sido aliada importante, en los engaños que los mensajes político-económicos han provocado en la gran mayoría de los ciudadanos. A medida que la cultura financiera sea mayor, los ciudadanos tendrán criterios y herramientas más consistentes para exigir la verdad, y reconocerla cuando la tengan delante.