Hacer frente al pago de los impuestos nunca es una tarea que los ciudadanos hagan gusto, en ningún momento de la historia. Esta afirmación pretende recordar que los impuestos, de una manera u otra, se pagan desde hace más de 2.000 años, pero que nunca se han recibido de buen agrado.

Unas veces porque eran confiscatorios y otras porque los gobiernos, muy pocas veces han demostrado que los utilizan de forma eficiente, pagar impuestos nunca ha sido popular. Si a esto le añadimos, los escándalos que azotan a nuestro país, en corrupciones y evasiones de impuestos, resulta cada vez más doloroso para los ciudadanos, pagar impuestos, que por otro lado cada día son más cuantiosos. Por tanto aquello de que “Hacienda somos todos”, no se lo creen ni los que pagan la campaña publicitaria.

Esta semana hemos conocido que los billetes de 500 euros se dejarán de fabricar a partir de 2018, siendo otra vuelta de tuerca a la economía sumergida y la evasión de impuestos, porque de todos es sabido, que esos billetes están mayoritariamente en manos de quienes trabajan con dinero negro, de ahí la decisión de suprimirlos.

Durante los meses de mayo y junio, los ciudadanos llevan a cabo la liquidación de sus impuestos sobre la renta, con las consiguientes sorpresas en muchos casos, que si no están bien planificados, supone un pago de impuestos superior al que se debería, si se hacen los convenientes ajustes, durante todo el año. Donde se puede afinar mucho es con las rentas que genera el patrimonio líquido, es decir, en efectivo. No olvidemos que todo lo que sea retrasar el paso de impuestos, ya es un beneficio, porque se mantiene la liquidez y se puede obtener una rentabilidad adicional.

Para esto, los fondos de inversión de gestión activa, por parte de gestoras nacionales independientes o de internacionales, son una gran alternativa. La acumulación de las plusvalías a lo largo de los años es muy beneficiosa para los patrimonios, e incluso puede llegar a suceder que nadie pague por ellas, si llegado el caso, el titular fallece sin haber reembolsado y al aplicarse la llamada “plusvalía del muerto”, sus herederos no tienen que tener en cuenta dichas plusvalías acumuladas durante años, a la hora de hacer el IRPF del fallecido. Estos casos son muy comunes entre personas de avanzada edad, que han apostado por la gestión de su patrimonio a través de los fondos, que han dispuesto del dinero necesario para sus gastos, pero que el resto ha permanecido seguro y bien gestionado, para pasar a sus herederos, con un importante ahorro de impuestos.

Las aportaciones a planes de pensiones, o los rescates muy bien estudiados, también son instrumentos que permiten rebajar impuestos. Planificar bien un testamento, teniendo en cuenta los impuestos que se pueden pagar o ahorrar en función de cómo se hagan los repartos, teniendo por supuesto en cuenta que la voluntad del testador es lo importante, también suele ahorrar muchos impuestos.

En el supuesto de grandes patrimonios, que tienen la obligación de pagar impuesto sobre el patrimonio, el hecho de que sus rentas sean lo más bajas posibles, en la medida de lo posible, también les supone una rebaja fiscal considerable.

Toda esta casuística y otras muchas, hay que tenerlas presentes durante todo el año en los asuntos financieros, y no en mayo o junio, porque en estas fechas ya no hay nada que hacer.