Lo complejo y abstracto que puede parecer el mundo financiero, contrasta con la facilidad a la hora encontrar símbolos en la naturaleza, que explican conceptos de forma entendible para la gran mayoría, y que muchos profesionales adoptan en la comunicación diaria.

16 Agosto 2013

Haciendo un repaso histórico, tenemos que remontarnos a Holanda en el siglo XVII, donde se produjo el estallido de la primera gran burbuja especulativa en bolsa, que sumió al país una de las crisis más graves. Estamos hablando de los famosos bulbos de tulipán, que enriquecieron a muchos, arruinaron a otros tantos y que siempre se recuerdan, cada vez que periódicamente estalla una burbuja en los mercados financieros, o en el mercado inmobiliario, aunque esté fuera de la órbita de la contratación bursátil.

En el Palacio de la Bolsa de Madrid, construido a finales del siglo XIX, en el salón de los pasos perdidos, encontramos la simbología de dos serpientes trepando, que representan la oferta y la demanda del mercado bursátil.

Los dos animales más famosos en Wall Street son por supuesto: el toro y el oso. El primero con su estatua en Manhattan, en la que todos los turistas se hacen fotos, y que en los mercados es el símbolo de la tendencia alcista de la bolsa, porque el toro enviste con la cabeza hacia arriba. En el lado opuesto de la interpretación, tenemos al oso. Animal que representa al mercado bajista, porque cuando enviste, lo hace con la cabeza hacia abajo.

En el mundo financiero se habla mucho del “colmillo retorcido” del lobo que le delata como tal, cuando aparentando ser una apacible oveja, engaña a la manada para pillarla descuida y matar al mayor número posible de presas. A esa práctica, típica de las entidades financieras, dedicamos un editorial completo hace unos meses, que les volvemos a enlazar, por si tienen interés en profundizar en su significado.

Entre los animales marítimos, el más famoso es el tiburón, para simbolizar a los especuladores sin escrúpulos, que sólo tienen como objetivo obtener ganancias, sin importar el daño que puedan causar. Su práctica convierte un fin loable, como es buscar beneficio, en un acto reprobable, por la falta de principios y valores con los que se lleva a cabo.

El chicharro es animal que representa los valores pequeños en bolsa. Son altamente especulativos y pueden arruinar a quien los compra, o multiplicar sus ganancias de forma importante en el corto plazo. Se trata de una operación más cercana a jugar en un casino, que a invertir con responsabilidad, buscando la seguridad de no perder lo invertido, gracias a la diversificación y la solvencia de las empresas o gobiernos en los que invitamos.

Entre las aves, el buitre es la que últimamente se ha puesto de moda, para hablar de esos fondos que buscan gangas en el mercado inmobiliario. Su objetivo es conseguir beneficios muy rápidos, en tres o cinco años, comprando activos inmobiliarios de baja calidad y de forma agresiva.

En “ Mi primer libro de economía: Ahorro e Inversión” he utilizado el símbolo de un monstruo, para que niños y adultos, entiendan lo que es la inflación para el dinero, dado que la subida de los precios, hace que cada año perdamos poder adquisitivo, si no obtenemos un beneficio a nuestro ahorro superior al IPC anual.

Finalmente vamos a hablar de los caballeros negro y blanco, cuando se produce una OPA hostil, es decir, cuando se lanza una oferta para adquirir la mayoría de una empresa que cotiza en bolsa, pero sin contar con ella y de forma inesperada. El caballero negro sería la empresa que intenta hacerse con la cotizada de forma hostil, y el blanco sería una tercera empresa, que entra en la operación para defender a la que es atacada de forma hostil.

Seguro, que se nos queda algún otro ejemplo por el camino, pero con los que hemos contado, creo que ya tienen una base, para poder desenvolverse en el zoo financiero.