Los pronósticos que se manejaban desde finales de agosto, respecto a lo que haría la Reserva Federal americana con los tipos de interés, en su reunión de septiembre, se han cumplido.
El presidente Powell anunció el recorte de tipos en un 0,25%, dejándolos entre el 4 y el 4,25%. Sus declaraciones posteriores, dejaron entrever que no está claro si volverá a bajarlos antes de final de año. La mayor parte de los analistas consideran que volverá a hacerlo, pero en sus declaraciones, se ha limitado a afirmar que todo dependerá, una vez más, de la evolución de la inflación y por supuesto de la economía americana.
No está claro que la subida de la inflación se modere, por lo que habrá que esperar a los próximos datos, en los meses siguiente, para poder calibrar si estaremos ante una nueva bajada de tipos. Por lo pronto, Powell ha conseguido, que manteniendo su independencia, el presidente Trump reduzca la presión a la que le estaba sometiendo.
Por otro lado, los mercados de capitales han recibido la noticia sin excesivo entusiasmo, teniendo en cuenta que llevaban varias semanas descontando que esto se iba a producir y por tanto llevándolo la precio de buena parte de los activos. Además de la caída de la rentabilidad de la deuda a largo plazo americana, el sector de pequeñas compañías, incluidas las tecnológicas, se ha visto muy favorecido.
Los mercados emergentes también se han beneficiado del recorte, teniendo en cuenta que los de los países que más activos americanos tienen. La reducción de costes, que en líneas generales supone esta bajada de tipos, es lo que ha impulsado los activos en las últimas semanas.
El que se ha visto dañado es el billete verde, es decir, el dólar, que ha aumentado su debilidad contra el euro, llegando a niveles en torno al 1,18. Los analistas no tienen claro cual va a ser el futuro inmediato de la cotización de la divisa americana, pero mucho consideran que no sería extraño verlo en 1,20. Sea como sea, lo cierto es que el mercado de divisas siempre ha sido el mercado más difícil de predecir para los analistas, por la enorme variedad de aspectos que influyen en su cotización.
Para los inversores en activos americanos, que no tengan la divisa cubierta, la caída tan pronunciada del dólar les está restando varios puntos de rentabilidad acumulada en las carteras e incluso pueden estar con rentabilidad negativa, si sólo tienen activos o indexados americanos. Mientras que los inversores que tengan las carteras diversificadas, se están beneficiando del buen comportamiento de los mercados asiáticos o europeos, lo que equilibra las carteras y les permite poder mantenerse a la espera, de un nuevo fortalecimiento del dólar.
En cuanto a la Zona Euro, la debilidad del dólar perjudica claramente a las exportaciones, que también se ven dañadas por el aumento de los aranceles en agosto, aunque se ven beneficiada en todo los que son importaciones pagadas en dólares, que suelen ser materias primas o energía.
Nos adentramos en la recta final de septiembre, con los principales índices bursátiles del mundo en máximos y con bastante liquidez en manos de los inversores, o los gestores, para aprovechar cualquier eventual corrección que pueda venir.