Las olas de calor han dejado paso a unas temperaturas más bajas, que nos recuerdan que hemos pasado el ecuador del verano, al menos dentro de nuestras fronteras y para nuestros vecinos del norte.

Con la economía de la Zona Euro está pasando lo mismo, freno en el ritmo de crecimiento, aunque bien es cierto que, los datos a los que nos referimos, realmente son los del segundo trimestre del año, es decir, la primavera, pero al darlos a conocer ahora, puede parecer que están sucediendo al mismo tiempo.

Al margen de la diferencia de estaciones, lo cierto es que Alemania y Francia han crecido menos de los esperado, y que son España y Letonia, las que crecieron más de un 1%. Meritorio resulta también el crecimiento de Grecia de un +0.8%, justo antes del corralito que sufrieron al comienzo del verano, mientras que tenemos a Finlandia en recesión.

Todo esto nos pone en alerta sobre la fragilidad del crecimiento de la eurozona, a pesar de que el Banco Central Europeo lleva meses utilizando toda su artillería. Ante esta situación, no es de extrañar que a Draghi le preocupe la situación de China y su posible impacto en el resto de economías, porque los cimientos de la que él maneja, son realmente inestables. Tampoco nos sorprende que el FMI hable de que España debe continuar con las reformas, si quiere seguir gozando de buena salud económica y cumpliendo sus compromisos de reducción del déficit, con sus socios comunitarios.

Resulta refrescante que nos recuerden la fragilidad de la situación actual, para contrastarla con la bonanza de datos macro, que tanto se festejan en nuestro país, y que debe ayudarnos a poner en una perspectiva real, las amenazas que tenemos sobre nuestras cabezas.

Grecia ya tiene su tercer rescate y el alivio que eso supone para unos mercados financieros, que van de sobresalto en sobresalto. Veremos si en las dos semanas que nos faltan para terminar el mes de agosto, se permiten estar algo más tranquilos, para que quienes todavía están de vacaciones o las comienzan, no tengan que preocuparse demasiado de la información financiera y puedan dedicarse a temas o lecturas que permitan descansar, al tiempo que ayuden a cultivar el intelecto y el espíritu, que tan necesarios son para el equilibrio mental de todas las personas.

El otoño y el invierno se antojan muy intensos, aprovechemos el verano que aún nos queda.