En nuestro país, cuando realmente se nota que han llegado las vacaciones es en agosto. Los bancos han publicado sus resultados, los juzgados prácticamente están cerrados y la gran mayoría de las empresas están en cuadro. Por tanto podemos afirmar que han comenzado oficialmente las vacaciones.
Si bien todo eso es cierto, no lo es menos que los mercados financieros y en concreto las bolsas, no cierran por vacaciones, sino que siguen activas los correspondientes cinco días hábiles de cada semana. Haciendo memoria histórica, no debemos olvidar que incluso algunos de los sustos y momentos más complicados, que se han vivido en los mercados financieros, se han producido en el mes de agosto. La gran mayoría están de vacaciones, y los que se han quedado, en general, están más relajados, que de octubre a mayo.
Menciono lo de octubre a mayo, por ese dicho que hay en bolsa que dice que hay que comprar en octubre y vender en mayo. Este año parecía que no se iba a cumplir, pero llegó la Reserva Federal y con ella junio, haciendo bueno el dicho un año más. Julio ha quedado atrás con muy buen sabor de boca y con mayor tranquilidad para todos, tras los buenos resultados de las empresas, los tranquilizadores mensajes de los bancos centrales y los esperanzadores datos macro económicos, sobre todo en nuestro país, aunque también en Europa y sobre todo para EEUU.
El mes de agosto también se espera tranquilo, e incluso algunos dicen que seguirá alcista para los mercados. Sea como sea, lo que está claro es que para llegar a octubre, mes en el que ya deberíamos haber tomado posiciones en renta variable, si aún no lo hemos hecho, todavía queda bastante, y agosto siempre es un mes incierto. Por todo ello la prudencia debe ser nuestra amiga, al tiempo que debemos ir analizando la estrategia de inversión más adecuada para la vuelta del verano, si aún no la hemos materializado.Se trata de tenerla preparada, pensando que la renta variable debe estar presente, y esperar el momento adecuado para ejecutarla. Como buen cazador que espera pacientemente a su presa, si se han perdido las subidas de julio, tranquilos que veremos algún recorte que permita tomar posiciones. Lo importante es tener preparada la estrategia e ir ejecutándola en cuanto el mercado nos invite a ello. Por tanto, los inversores no deberían olvidar el lema de compra en octubre, para tener en cuenta que entre agosto y septiembre deberían tener sus carteras compradas, para recoger las subidas que casi con total certeza, se volverán a producir a finales de este año, tal y como nos sucedió el año pasado.

La indecisión, la falta de asesoramiento independiente o dejarse seducir por productos bancarios oportunistas, será el mayor peligro postvacacional con el que posiblemente se encontrarán.

Bienvenidos a los que llegan de sus merecidas vacaciones, y que disfruten los que se van en estos momentos. No olvidemos, ni unos ni otros, la importancia de nuestros asuntos financieros.