En estos tiempos en los que los refranes parecen algo del pasado e incluso para algunos, falta de creatividad para explicar situaciones, lo cierto que es muchos de ellos tienen una enorme riqueza, porque son capaces de expresar con pocas palabras, profundas ideas.

Puede que muchos no estén de acuerdo, pero poco hay que añadir,  por ejemplo, a: “ De bien nacidos es ser agradecidos” o “Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, echa las tuyas a remojar”. En este último, es en el que recomendaría que se fijasen  los afines españoles, con el gobierno griego, se trate de políticos recién llegados, en vías de llegar o votantes que les apoyan.

Si por un momento alguien pensó que el cansino paso del tiempo, un referéndum, insinuaciones pueriles con Rusia o China, y demás desafíos a los miembros del Eurogrupo, convertirían un ensoñación en realidad, espero que se hayan despertado, porque la realidad es la que es, que dista mucho de la que a ellos les hubiese gustado. Grecia ha tenido que claudicar y poco importa si las condiciones finalmente aceptadas, son mejores o peores que las que ya se les exigían en enero.

La realidad es que en estos seis meses perdiendo el tiempo, el país se ha empobrecido mucho más, los sacrificios serán mayores y la frustración de la batalla perdida, una losa con la que tendrán que levantarse cada día los griegos, porque ese fue el camino que libremente eligieron, por mayoría. Lo siento por los que no pudieron hacer más por evitarlo, y también lo van a pagar, pero así funciona el mundo . En ningún momento nadie, con peso político en Europa, les dejó la mínima esperanza de que sus pretensiones llegarían a buen puerto, por tanto, las responsabilidades de lo sucedido, deben exigirlas dentro de casa y no fuera. Hay muchos que creen que en política todo el posible, de ahí que se embarquen en luchas y cruzadas, que para buena parte de nosotros, son absolutamente incomprensibles, o bien porque las vemos irrealizables, o porque llegando a conseguirse, son un auténtico suicidio.

La historia está plagada de ejemplos de pueblos que se han precipitado hacia el abismo, y donde las advertencias de nada han servido. Una vez despejada la incógnita de Grecia, ahora le toca el turno a España. ¿ Se fijarán los españoles en las barbas de sus vecinos los griegos, o preferirán seguir escuchando cantos de sirena?

En unos meses tendremos la respuesta. En lo que no hay duda, es que seguiremos dentro del euro, que este “Club Privado” tiene una reglas muy claras que hay que cumplir, y que no habrá margen de maniobra: seguiremos con la austeridad, cumpliendo nuestros compromisos con nuestros acreedores, y trabajando duramente para conseguir, una economía más eficiente y productiva, que permita colocar las tasas de desempleo en niveles razonables.

Durante los próximos meses, hasta que termine al año, unos cuantos seguirán dando “pan y circo” al pueblo, para que sigan tragándose una buena dosis de mentiras,y cobrando unas retribuciones por ello, a costa de los que realmente trabajan por el bien común, pagan impuestos y se esfuerzan por ser un buen ejemplo para las generaciones futuras.

Que cada uno saque sus conclusiones, se posicione y aprenda de sus errores, si quiere incluirse entre los sabios.