El estado de los ciudadanos es el mayor debate dentro de nuestras fronteras, porque desde fuera, quienes nos controlan, miran más el estado de las cuentas de la nación y para muchos extranjeros, España sigue siendo un gran país.

Da igual en que ciudad de España te pongas a preguntar por el estado de ánimo de los ciudadanos, la epidemia de pesimismo es prácticamente generalizada y son tan pocos los que no están contagiados, que ni saldrían en las estadísticas. La verdad es que la realidad no está para otra cosa, teniendo en cuenta, que siempre olvidamos épocas peores y anhelamos otras, que en ocasiones son más ilusión que realidad. A la gran mayoría le cuesta vivir el presente, mirar al futuro con esperanza y valorar todo lo que se tiene. Esto es algo que requiere mucho esfuerzo personal y entrenamiento, porque va en contra de nuestra naturaleza derrotista. Sólo tenemos que mirar con atención el comportamiento de muchas personas que incluso en las épocas de bonanza, todas eran quejas y lamentaciones, eso es lo que lleva no vivir y valorar el presente, con la certeza de toda situación personal o profesional es susceptible de empeorar si no se lucha por mantenerla y mejorarla.

El estado de la nación, desde el punto de vista económico, se puede resumir en que vamos ganando competitividad, fruto del sacrificio que se está haciendo para reducir el déficit y ganar en productividad. Las reformas emprendidas están dando sus frutos, afirmación que cada vez gana más adeptos, pero que aún estamos lejos de ver resultados generalizados, dado que los daños causados por la crisis que estamos viviendo, sin precedentes desde hace décadas, aún no han terminado y pasarán muchos años hasta que reconstruyamos el país. Quien no tuviese claro lo que significaba la afirmación de que construir lleva mucho tiempo, pero destruir se hace a gran velocidad, está viviendo un momento histórico para aprenderlo, sin que le quede la menor duda.

El futuro es bastante más esperanzador que hace un año, en el que el rescate de España era casi una realidad, y ahora nuestras exportaciones tienen unos resultados históricos, los mercados financieros nos prestan dinero en cada subasta, el Gobernador del Banco Central Europeo nos felicita y anima a seguir por la senda del sacrificio, al tiempo que continuemos con la reformas para reactivar la economía.

Los extranjeros se fijan más en nuestros éxitos deportivos, en la calidad de vida de nuestro país y en las grandes empresas que tenemos triunfando fuera, tanto en el sector financiero como el energético, el constructor o de servicios, que en nuestros problemas cotidianos. Todo eso nos fortalecerá aún más cuando consigamos poner en marcha nuestra economía, y salir de los números rojos que supone estar en recesión.

No obstante, aunque todo esto es cierto, no lo es menos, que todos nuestros avances son muy frágiles y pueden desbaratarse si hay contratiempos importantes en el crecimiento de Europa, EEUU o Asia, o si en nuestro país no seguimos con las reformas adecuadas para no sólo, seguir ganando competitividad y crecimiento estable, sino también recuperar la confianza de los ciudadanos en la democracia, la monarquía y la justicia.