Ahora que ya todo lo relativo a 2018 está contado y asimilado, debemos quitarnos la pesadumbre de encima, para poder volar alto y mirar el bosque desde arriba, que siempre da una perspectiva mayor.
Por su parte, China ha cambiado la soja americana por la brasileña, pero en líneas generales y como conclusión, la situación actual está lejos de se apocalíptica, como muchos titulares insinúan.
La semana próxima tendremos más información al respecto, dado que se inician las conversaciones entre las dos principales economías del mundo.
Respecto al duro comienzo de año para la empresa Apple y las tecnológicas en general, es el reflejo de un sector que estaba con valoraciones muy ajustadas, porque llevaban más de 10 años creciendo y ya sabemos que todo tiene un techo, por tanto la sorpresa no ha sido tanta.
Como hemos mencionado en múltiples ocasiones, las estrategias para 2019, coinciden en que será un año con mucha volatilidad, pero también con muchas oportunidades, que los gestores sabrán aprovechar en los distintos mercados financieros mundiales y en los activos que presenten valoraciones atractivas.
En líneas generales muchos apuntan a la renta variable global, la renta fija de algunos emergentes, Asia como mercado, empresas de lujo o empresas poco endeudadas y con buen dividendo, como activos a tener en las carteras para este ejercicio.
Los gestores internacionales o nacionales independientes, le seguirán aportando al inversor mucho valor añadido, de ahí que si el año cumple con las expectativas, las rentabilidades pueden ser atractivas y cubrir las caídas de 2018, como el año 2009, nos ayudó a recuperar casi todo lo perdido en el fatídico 2008, donde el balance anual, dejaba a los inversores caídas medias del 50% en renta variable y por encima del 15% en renta fija.
El pasado año no ha sido tan dramático como 2008, de ahí que hay probabilidades muy altas de que 2019 cumplan con lo que de él se espera. No obstante, los inversores deben estar preparados para soportar la volatilidad propia de los mercados financieros en épocas más convulsas, pero no por ello menos rentables.