Entrevista en Alquibla (web de difusión cultural), por Eva Mª Galán.
Hoy tenemos el privilegio de conversar con una coleccionista apasionada y visionaria, cuya labor ha dejado una huella profunda en el ámbito cultural y bibliográfico. En esta entrevista, nos adentramos en la fascinante historia detrás de la «Biblioteca Imposible«, una colección única de facsímiles que no solo preserva la historia, sino que también la revivifica a través de un cuidado meticuloso. Con la reciente inauguración de su exposición en los renovados espacios del Museo de San Isidoro, la oportunidad de ver reunidas estas obras, dispersas por todo el mundo en su versión original, ha sido recibida con entusiasmo y admiración. Hablaremos sobre cómo surgió la idea de esta colección, las emociones que evoca el ver estos libros reunidos, y la importancia de llevar el patrimonio bibliográfico a un público más amplio. Además, nos contará sobre el proceso de colaboración con el museo y los desafíos que enfrentó al crear este proyecto. Sin más, iniciamos esta conversación con una mujer cuya dedicación y amor por los libros ha hecho posible que la historia y la belleza del Renacimiento sean accesibles para todos.
- ¿Qué significa para usted poder inaugurar con su colección los nuevos espacios expositivos del Museo de San Isidoro?
La preparación del espacio para albergar la “Biblioteca Imposible” se produjo en el año 2019, cuando ya se estaba diseñando la reforma del museo, algo que nos llenaba a todos de ilusión, especialmente a mi, dado que es el lugar idóneo para exponerlos. La exposición la inauguramos a finales de 2023, con enorme emoción y satisfacción por parte de todos los que habíamos deseado que esta iniciativa fuese una realidad.
- ¿Cómo surgió la idea de reunir una colección de facsímiles tan excepcionales como la que forma la Biblioteca Imposible?
Como pasa muchas veces, la idea surgió por casualidad, cuando una persona me enseñó el facsímil del libro de horas de la Familia Medici, elaborado por la editorial italiana Cosimo Panini. La seducción por este tipo de libros fue inmediata y, además de adquirirlo en el año 2008, empecé a interesarme por todos los que existían. A partir de ahí y hasta 2018 estuve adquiriéndolos, hasta completar todos los facsímil de los libros de horas y biblias más representativas del Renacimiento.
- ¿Qué emociones le produce ver reunidos en un mismo espacio códices que, en su versión original, están dispersos por todo el mundo?
La principal emoción es orgullo. Me siento orgullosa de poder compartir la Fe y la belleza de la que estos libros están impregnados, para que provoquen en los visitantes la misma admiración que a mi me produjeron desde que llegó a mis manos el primero de ellos.
- ¿Qué criterios siguió para seleccionar estos libros tan cargados de valor histórico, artístico y espiritual?
En un principio no había un criterio, iba adquiriéndolos en función de los recursos económicos que podía destinar a comprarlos, y de los que eran más fáciles de conseguir, porque lo hacía directamente a la editorial. En el proceso, descubrí que existía El libro de horas de la reina Isabel la Católica, pero no formaba parte de la colección Cosimo Panini, y había que adquirirlo en una compra a otro particular. Conseguí que eso sucediese y se incorporó a la colección en el año 2012. Otros, como el Duque de Berry, también lo tuve que adquirir de otro particular, porque la edición estaba vendida completamente. El resto son todos de compra directa, de ahí que estén tan bien conservados.
- Entre los ejemplares expuestos, ¿hay alguno con un significado personal especial para usted?
Podría decir que hay dos que tienen un significado especial. El libro de horas de la Familia Medici, porque fue el primero del que me enamoré y el de la reina Isabel la Católica, por lo que representa. Siempre he sido una gran admiradora de su vida y de su Fe. Había leído desde mi juventud varios libros con la historia y, poder tener su libro de horas, me hacía una enorme ilusión. Además el proceso no fue sencillo, lo que hace que haya sido aún más especial el haberlo conseguido.
- ¿Cuál ha sido el mayor reto a lo largo del proceso de coleccionismo de estas obras únicas?
Los principales retos han sido: por un lado, poder destinar los recursos económicos para adquirirlos; y por otro, contar con la persona que me ayudaba a ir consiguiendo la colección completa que existía.
- ¿Considera que los facsímiles pueden generar la misma experiencia estética y emocional que los originales?
En los últimos años la técnica tan precisa que se ha utilizado para hacerlos, los convierte en auténticas joyas. Son una copia tan fiel del original, que no hay ni el más pequeño detalle que no esté recogido. El hecho de que sean nuevos y no hayan sufrido el paso del tiempo, unido a que han sido elaborados con unos materiales excepcionales, hacen que su estética sea visualmente mejor que la del original. De ahí que sean libros de Renacimiento pero con apariencia actual, lo que resulta muy seductor y emocionante. Al contemplarlos, resulta admirable e inspirador podernos transportar al Renacimiento y reflexionar sobre el trabajo tan excepcional que llevaron a cabo esos artistas, en muchos casos anónimos.
- ¿Cree que exposiciones como esta pueden ayudar a acercar el patrimonio bibliográfico al gran público?
Desde luego. En un mundo en el que la tecnología lo invade todo y en el que el papel parece haber perdido su protagonismo e historia, no está de más recordar la importancia de las bibliotecas, como fuente de sabiduría y conocimiento, que tanto han ayudado a las civilizaciones en el progreso social, científico, económico y espiritual.
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- ¿Cómo ha sido la colaboración con el Museo de San Isidoro y con el equipo de Frade Arquitectos para integrar su colección en este nuevo entorno?
La colaboración con las personas del Museo de San Isidoro ha sido y es excepcional. De hecho, gracias a ellas está ubicada allí, en un espacio tan privilegiado, formando parte humildemente de los tesoros que el museo alberga y que no dejan indiferente a nadie. La “Biblioteca Imposible” aportaba una complementariedad a la ya existente en San Isidoro, al poder mostrar la evolución del Románico al Renacimiento, de ahí que fuese tan sencillo entender la idoneidad de llevar a colección al museo.
- ¿Tiene previsto seguir ampliando la Biblioteca Imposible con nuevas incorporaciones?
En principio no, porque ya tengo los más importantes que forman parte de ella, y que tienen como objetivo propagar la Fe Cristiana, que realmente es el motor que más me ha impulsado a realizar la colección
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- ¿Le gustaría llevar esta exposición a otros museos o espacios culturales dentro o fuera de España?
Ahora mismo no contemplo esa posibilidad.
- ¿Cómo está respondiendo el público leonés ante esta oportunidad única de ver reunidas tantas joyas bibliográficas?
El público está respondiendo con mucho entusiasmo, como me sucedió a mi cuando llegó el primero a mis manos, porque estos libros de horas y biblias son unos grandes desconocidos para la mayoría del público. Además, sus originales están dispersos por variedad de bibliotecas alrededor el mundo. Por ello, verlos todos juntos en un espacio tan cuidado, refuerza la belleza y la admiración por estas obras, al tiempo que nos recuerdan el origen Cristiano de nuestra sociedad europea, para mostrarnos el camino hacia el que debemos volver si nos perdemos, como personas o sociedad.
- ¿Qué mensaje le gustaría dejar a quienes visiten esta exposición?
Que le dediquen tiempo a la visita, que se dejen seducir por esa belleza y el mensaje de amor que todos los libros contienen, llevándoles a reflexionar que, aunque ningún tiempo pasado fue mejor, todos tienen mucho que enseñarnos en el presente de cada uno de nosotros.