Ambos han sido protagonistas indiscutibles esta semana, pero por razones bien distintas. Uno está en los momentos más bajos de popularidad y los otros en la cima, nunca soñada.

La sociedad americana ha dado la espalda a Obama, dejándole prácticamente sin poder, ni margen de maniobra hasta que se celebren las elecciones generales en 2016. Los republicanos no podrán hacer política sin Obama, pero éste, está condenado a encontrar vías en común con ellos, para seguir gobernando hasta que se acabe su segundo, y definitivo mandato.

Quien le iba a decir al flamante primer presidente de color americano, que llegaría al final de sus días como presidente, en la más absoluta agonía política. El famoso lema sobre el que cimentó su enorme popularidad, “yes we can”, es decir, “ sí, podemos”, se ha agotado y ha perdido su magia, en la misma proporción, que el éxito que conquistó en sus inicios.

Por el contrario, en nuestro país, esta semana, el “Podemos” americano, pero a la española, se alza como la tercer fuerza política de nuestro país, aprovechando el viento de cola que supone el cansancio social a tanta corrupción. Resulta paradójico, que el partido político de nuestro país, haya hecho suyo el lema de un presidente americano, cuando su ideología es todo lo contrario, para ser más exactos, todo lo que la cultura y política americana han combatido, desde la histórica guerra fría. Empezando así, no debe extrañarnos que hablen de democracia y libertad, para con esas sagradas palabras, actuar de forma violenta y sectaria, tanto en sus mensajes como en su composición interna. Con todas estas evidencias, y otras muchas que nos dejan cada día sus seguidores, no tenemos duda de que estamos ante lobos y no ante ovejas. Esas que tanto gustan al Papa Francisco, y por las que intenta velar cada día.

Desde luego, tenemos que agradecerles que sean tan transparentes, porque hay que ser muy iluso o estar muy mal informado, para no ver todo lo que hay detrás y lo que podría venir. Lo que tal vez presagie esta coincidencia en los tiempos, es el mismo final, para los que plagiaron el lema americano, haciéndolo suyo, para traicionarlo desde el momento de su concepción. La política es muy caprichosa y olvidadiza, incluso con los que han sido bien intencionados. De ahí que no es descabellado pensar, que Podemos está ante el reto de gestionar tanto éxito sin méritos propios, sino más bien deméritos del contrario, lo que resta consistencia a la gesta y añade debilidades, para afirmar que seguramente estamos ante un suflé, que perderá altura en cuanto tenga que demostrar las bondades que realmente exige una sociedad, para mantener la confianza conquistada inicialmente. Que se lo digan al PSOE, que casi no lo reconocen, ni quienes lo fundaron.

Los mercados de capitales están  tranquilos con la amenaza que todo ello supone para España, porque aún no es real, centrados por tanto en las decisiones del Banco Central Europeo y los datos macro. No obstante, de reojo miran estos asuntos, porque cuando se descontrolan, los daños son cuantiosos. Seguirán observando hasta que se celebren las elecciones del año próximo y según sean los resultados, ellos dictarán sentencia y actuarán en consecuencia. Que los de Podemos le pregunten a Zapatero, cómo se las gastan los mercados financieros, cuando no confían en quien toma decisiones de gobierno y el terror que provoca, el verte al borde del precipicio de la suspensión de pagos o la intervención.