Encaramos el último mes del año, que normalmente es el que pasa más rápido. Los supersticiosos, posiblemente se estén frotando las manos, porque va a terminar el que tiene el número más temido para ellos. Desde el punto de vista económico, llegaremos a la conclusión de que no ha sido el peor, que nos ha tocado en suerte.

Diciembre pasará entre fiestas, ajustes fiscales, reuniones, buenos deseos y carreras varias. El Gobierno se encuentra entre los que más apuros está pasando. No sólo tiene que hacer unos presupuestos creíbles para 2014, sino que tendrá que presentarse ante Bruselas, con un incumplimiento del objetivo de déficit, por tercer año consecutivo. Que el resultado final sea lo más aceptable posible, le está generando no pocos quebraderos de cabeza. Le han aumentado los gastos en más de 33.000 millones de euros, le han caído los ingresos y se le ha acabado el plazo.

Los ciudadanos se encuentran con pocas semanas para hacer sus ajustes fiscales, para evitar pagar al fisco, más de lo estrictamente necesario, en el momento de mayor presión fiscal de la historia de España. Las compensaciones de plusvalías con minusvalías, las donaciones o aportaciones a planes de pensiones, son las vías más importantes a explorar y llevar hasta el límite permitido por la ley.

Los planes de pensiones son el foco de atención de todas las campañas de las entidades financieras, porque no se ha conseguido desestacionalizar las aportaciones, dado que la gran mayoría de los que lo hacen, lo fundamentan más en temas fiscales, que en ahorro para la jubilación. Esto iremos viendo que cambiará en los próximos años, porque el ahorro privado para complementar la pensión de jubilación, terminará generalizándose, tal y como ha sugerido la OCDE, refiriéndose expresamente a España.

También se irá profesionalizando el asesoramiento, dejando a un lado el tema de las campañas de marketing estacionales, cuando los ahorradores aumenten su cultura financiera y rechacen a los vendedores financieros, poniéndose en manos de profesionales que les analicen todas las posibles alternativas para su ahorro, al tiempo que les ayuden a realizar la planificación correcta, de sus asuntos financieros y fiscales.

Las empresas tendrán que hacer malabares para que sus cuentas sean lo menos malas posibles, e intentarán que la campaña de Navidad, maquille sus resultados finales. Todo apunta a que el consumo aumentará respecto al año anterior, porque la percepción de la situación económica de España es menos dramática, lo que elimina incertidumbres para muchos ciudadanos.

Los gestores de fondos y el mercado de capitales, en general, están haciendo sus ajustes en las carteras, para intentar dar el mejor resultado posible y sobre todo, prepararse para el nuevo año, en el que todo apunta, que puede ser atractivo en rentabilidades. Los inversores también deben hacer balance del que termina e ir montando sus carteras para el año próximo. Los depósitos bancarios serán un auténtico quebranto para aquellos ahorradores que los tengan, por lo que los fondos de inversión seguirán ganando posiciones y adeptos de forma importante, tal y como ya viene sucediendo en la recta final de 2013.

En fin, mucho que hacer para tan poco tiempo, pero que si nos organizamos bien, nos dará tiempo a llegar a todo antes de comer las uvas, un año más .