La reunión del Banco Central Europeo era la cita más esperada de esta semana, y ha cumplido con las previsiones.
Desde la última reunión del BCE en Julio, los datos macroeconómicos se han ido deteriorando en la Zona Euro, lo que presagia un aumento de esa desaceleración, tanto para el presente ejercicio como para 2024. Ante esa desaceleración, los expertos consideraban que Lagarde tenía la última oportunidad de subir tipos, porque en meses posteriores el deterioro podía ponerla en una situación más comprometida para hacerlo.
El compromiso del BCE con hacer llegar la inflación al 2%, le ha llevado a subirlos en 10 ocasiones, esta semana la última con un 0,25% arriba, hasta el 4,5%. Este es el nivel más alto en la historia de la Zona Euro. Recordemos que la Zona Euro nace en 2002 y en estos últimos 21 años, en ningún momento llegó a tocar el nivel actual.
Con este nivel, se pretende doblegar la demanda y con ella inflación. El BCE estima que hasta 2025 la inflación no va a llegar hasta ese ansiado nivel, por lo que ha dejado claro que en estos niveles máximos, va a permanecer bastante tiempo.
Con todo ello podemos decir que se puesto fin al ciclo de subidas de tipos, lo que aporta certidumbre en materia de costes de financiación a las familias, las empresas y los gobiernos, algo que ha sido muy bien aceptado por los mercados de capitales esta semana, dejando a un lado la debilidad de los datos macroeconómicos.
Los analistas se están apresurando a aventurar en sus informes, que los tipos pueden bajar en la segunda parte del año 2024. No obstante y como siempre se menciona, el mercado lo reflejarán con antelación, aportando más rentabilidad a las carteras de renta fija y unas revisiones a la baja de los créditos concedidos, que se vayan revisando en los próximos meses o que se vayan concediendo por primera vez.
Ahora pasa el testigo a la Reserva Federal Americana, que en la semana próxima tendrá que tomar la decisión del volverlos a subir o de mantenerlos.
La mayoría de los analistas consideran que deberá mantenerlos y esperan a las declaraciones posteriores de Powell para interpretar si también habrán tocado techo, tome la decisión que tome, o si por el contrario hay posibilidades de nuevas subidas.
Con 15 años a la espalda de la crisis financiera de 2008, de nuevo los tipos de interés han vuelto a superar los niveles previos. Ahora que el techo de los tipos parece haber llegado a su fin, queda por despejar la incógnita de cuanto se verán dañadas las economías al mantenerlos tan altos el tiempo que sea necesario para que la inflación llegue a los niveles marcados por los Bancos Centrales.
Aunque ahora esa sea la incertidumbre con la que haya que convivir, la política monetaria ya habrá finalizado su labor, al menos en cuanto a los tipos de interés. Ahora tendrán que ponerse a reducir sus balances, lo que significa que tendrán que ir sacando toda la deuda que han comprado en los años de crisis. Esta tarea la llevarán a cabo esperando vencimientos que nos van a renovar e incluso vendiendo al mercado parte de dicha deuda, que puede generarles pérdidas por el precio de los bonos comprados con rentabilidades más bajas que las actuales.