Cuando el mundo está más necesitado de alianzas, sinergias y trabajo conjunto, nos encontramos con los políticos populistas, que no entienden nada de todo eso.

La sociedad está siendo sometida a la revolución más extrema que se recuerda, después de las guerras mundiales. La tecnología y las consecuencias de la crisis financiera de 2008, se están encargando de ello, a una velocidad, difícilmente imaginable hace unas décadas.

Lo que nadie sabe es cómo va a terminar esto, ni quiénes serán los ganadores o los perdedores. De antemano lo único cierto es que quienes estén esperando a que esto pase, sin que les afecte, estarán entre los perdedores, con certeza. No importa si hablamos de empresas, ahorradores, sector público etc…

La globalización ha traído mucho progreso a los países occidentales, y es un camino sin retorno. La consecuencia del retorno sería el empobrecimiento generalizado, por lo que difícilmente, los proteccionistas, llevarán hasta el extremo sus teorías. La buena noticia para España, es que nuestro sector exportador, goza de una salud envidiable. Más aún, si tenemos en cuenta, que el sector industrial tiene un peso importante, realidad impensable hace unos años.

Nuestras exportaciones suponen el 30% del PIB, al conseguir una mayor competitividad en los últimos años. Esta realidad debería hacernos pensar que estamos en el buen camino, que el Gobierno debe permitir que sigamos en esa buena dirección, para no verse truncadas las expectativas de futuro.

El comercio mundial sigue dando signos de fortaleza, lo que supone garantía de crecimiento mundial, que pueda sujetar posibles vaivenes en los mercados, cuando resurjan los temores a los gobiernos populistas en Europa. No obstante, la prudencia, para los inversores es decisiva, al igual que la diversificación para los patrimonios, o la búsqueda de mayor competitividad y nuevos mercados para las empresas.

El camino a recorrer es conocido, ante amenazas reales, difíciles de calibrar, en sus consecuencias o ejecución.

Por esas razones, sobrevivirán los que trabajen por adaptarse a los nuevos tiempos, como siempre ha sucedido en la evolución de las especies.