Los asuntos políticos, económicos y de los de sucesos, por supuesto, son los que más titulares acaparan en el mundo de las noticias. Curiosamente, en la actualidad, hasta los sucesos más comentados, también se encuentran en la esfera política.

Que estamos antes cambios revolucionarios, es algo que no tiene duda. Toda revolución conlleva su parte de crisis, y si tenemos suerte, de mejora.  Las generaciones se van sucediendo unas a otras y si los que llegan tienen buenos cimientos, consiguen hacer progresar, a la sociedad que tienen que liderar.

Cuando uno analiza las campañas electorales, en las últimas citas con las urnas, sin importar el lugar del mundo, llega a la ineludible conclusión, de que hay mucho trabajo que hacer, para evitar daños graves en las sociedades occidentales, así como en preparar a las generaciones que vienen detrás para que, si ligan sus destinos a la esfera política, sean más respetuosos, formados y bienintencionados. El espectáculo que están dando, los que sólo pretenden asaltar el poder, como objetivo vital, resulta tan poco edificante, como preocupante.

Mientras se van despejando las incógnitas de si el Brexit seguirá adelante, cuál será la política que seguirá Donald Trump, si subirán los tipos de interés en EEUU, si Italia abrirá la caja de Pandora con el referéndum constitucional, si el BCE empezará a retirar los estímulos o que camino tomarán los ciudadanos de los principales países de la Zona Euro, con Alemania en cabeza, nuestra XII legislatura, por fin ha comenzado y los mercados se inclinan por las ventas, tanto en renta fija como en renta variable.

Teniendo en cuenta lo poco que les gustan las incertidumbres, y la magnitud de las que tenemos por delante, la verdad es que están bastante tranquilos y por tanto expectantes.

En situaciones tan complejas como las que vivimos y en las que se ha puesto de moda opinar sobre política y finanzas entre el gran público, ahora toca recordar que el rigor de las opiniones, hay que someterlas a un examen muy exigente, por el impacto que provoca en las emociones de las personas, así como de las decisiones que posteriormente toman.

En esta última semana se habla mucho y con bastante fundamento, de la enorme cantidad de noticias faltas que Facebook ha colado a sus usuarios, así como el importante impacto que eso ha podido tener en el resultado de las elecciones americanas. Resulta alarmante que las viejas tácticas de la mentira y la manipulación se hayan colado en las redes sociales, como estrategia política, haciendo a los ciudadanos más vulnerables que nunca. Sería bueno que los creadores y controladores, de esas redes sociales, no fuesen cómplices de las perversas tácticas del poder mal entendido, donde la mentira y la manipulación, siempre son sus mismas armas, pero amplificadas a millones de personas. Si esto no se corrige, ¿qué harán esos millones de personas? ¿aceptarán ser esclavos de quienes saben más de sus vidas, que ellos mismos?

El ser humano siempre ha buscado su libertad y privacidad. Curiosamente, ambos les están siendo robados, por aquellos que les seducen con mentiras y con lo que quieren oír. Como diría nuestro rico refranero español “el mismo perro con distinto collar”, tanto para quienes someten y manipulan a sus semejantes, como los que se dejan libremente.

Así es la historia de las civilizaciones, luchas de poder, esclavos, mártires, hombres libres, economías prósperas o pobrezas extremas etc…

Cada uno de nosotros, escribimos nuestra propia historia y la de la sociedad en la que vivimos, con lo que pensamos y cómo actuamos. Nuestros antepasados lo fueron de la suya y las próximas generaciones lo serán del futuro. No debemos olvidarlo, para vivir el presente con sentido de la responsabilidad y del compromiso que ello conlleva.