Los datos macroeconómicos para la Zona Euro, y sobre todo para España, no han podido ser mejores en la recta final del año pasado y a comienzos de este 2014. La economía de la Zona Euro salió de la recesión antes de lo previsto, Alemania sigue siendo la locomotora y los precios subieron un 0,8%.

Por lo que respecta a España, las ventas minoristas han mejorado, el empleo también, aunque sea muy ligeramente, y las empresas esperan con optimismo que este año sus ventas sean mejores que en 2013. Además tenemos que añadir que atraemos capital extranjero no sólo al sector privado, sino también a las emisiones de deuda pública, tal y como lo refleja la alta demanda recibida en la subasta de deuda a 5 años, dónde los más de 5.000 millones se han pagado al 2,41%, que el tipo más bajo de financiación en la época del euro, es decir, desde antes de 2002.

Todas estas buenas noticias que han inclinado demasiado la balanza hacia el lado del optimismo, se han visto equilibradas por las palabras del presidente del Banco Central Europeo, en su primera reunión del nuevo año. Además de mantener los tipos sin cambios en el 0,25%, también ha repasado con detalle todos los peligros que acecharán a la economía europea este año. El más importante sin duda ha sido el de la deflación o inflación muy baja. El fantasma de lo ocurrido en Japón, sobrevuela los despachos políticos y sobre todo económicos. La política de austeridad impuesta por Merkel puede dar frutos a largo plazo, al conseguir una gestión más eficiente en los distintos países, pero a corto plazo, es una amenaza para el crecimiento económico en la Zona Euro.

Por otro lado, la posibilidad de que Grecia necesite un nuevo rescate, la fortaleza del euro y la escasez de financiación bancaria, son otros riesgos que Mario Draghi ha puesto de manifiesto. Al tiempo que ha hecho de contrapeso con sus declaraciones, también ha, dejado claro que está preparado para aplicar posibles medidas adicionales para ayudar a la economía, si fuera necesario. Desde que en Julio del año pasado, saliese al rescate del euro, son su tajante afirmación de que haría todo que fuese necesario para que el euro sobreviviese a la crisis financiera, el presidente del Banco Central Europeo, se ha convertido en una especie de ángel de la guarda, que tiene cada día más credibilidad en los mercados financieros.

Con todas estas cuestiones, debemos llegar a la conclusión de que los tipos seguirán siendo muy bajos durante bastante tiempo, lo que ayuda a todos aquellos que tienen financiación o la suerte de conseguirla, aunque en numerosos casos, los diferenciales que aplican las entidades financieras, los colocan en niveles bastante altos, aunque eso se irá corrigiendo a medida que se reduzcan los riesgos del país y de las empresas o familias.

Por otro lado, confirmamos que por el momento no hay cambios en las estrategias de inversión, respecto a que los mercados de renta variable deberían seguir premiando la actual situación, pero las incertidumbres que provocan los riesgos que nos rodean, pueden provocar cierta volatilidad en determinados momentos del año, para los que deberíamos estar preparados, con una buena diversificación tanto de activos, como del número de gestores que se tienen para gestionar los distintos activos.

El punto de equilibrio conseguido con toda esta información contrastada, nos permite afirmar que sin duda es una buena posición para trabajar este año y poder avanzar en la dirección correcta, para consolidar los progresos conseguidos con los sacrificios de años anteriores.