Aquella famosa campaña de publicidad de que “el algodón no engaña” porque al pasarlo por una superficie se ve si está limpia o sucia, tal vez debamos aplicárselo a los datos macro de España, Europa y EEUU.

La primera semana del mes ha sido especialmente benévola con los datos macro tanto a este lado, como al otro del atlántico. La Zona Euro sigue con su fase expansiva, con España e Italia liderando, con Francia cumpliendo previsiones y con Alemania ligeramente por debajo de las estimaciones. Los datos de empleo mejoran en España y en la Zona Euro en su conjunto, al tiempo que se mantienen o mejoran las estimaciones de crecimiento para la economía española, tanto para el presente ejercicio como para los siguientes.

En la primera economía del mundo hemos visto mejorar la actividad manufacturera, con un IPC en línea con las estimaciones, y con un empleo, que aunque sube una décima hasta el 5,5%, el mercado lo califica de positivo, teniendo en cuenta la creación de empleo que se está llevando a cabo, con una economía que ha decepcionado en la primera parte del año.

Todas esas buenas noticias pueden verse truncadas para España si las incertidumbres políticas hacen mella en la economía, para la Zona Euro si el culebrón de Grecia no se resuelve este mes, o si el BCE cambia de opinión respecto a los plazos de su programa de compra de deuda y para EEUU, si su economía no mejora en la segunda parte del año o si las subidas de tipo de interés no se hacen de forma moderada y atinada.

Con todo ello hablamos de los próximos meses. Lo que está por ver es el medio y largo plazo, porque las debilidades de las distintas economías son muchas y todas han salido muy dañadas del crisis financiera que comenzó en 2008. Sólo hay que analizar las medidas desesperadas que han tenido que tomar los principales bancos centrales del mundo, en los últimos años, para sostener a los distintos países, para llegar a la conclusión de la gravedad de lo que hemos vivido y que estamos intentando reconstruir.

Aunque las incertidumbres son muchas, lo que parece cierto es que quienes mejor reformen sus economías y las hagan más productivas, mejor estarán preparados para el futuro. A las que estén en esa situación, la prueba del algodón les saldrá muy limpia y a las otras, la suciedad les saldrá a relucir en cuanto los bancos centrales acaben la ayuda cuantitativa, es decir, la respiración asistida, y tengan que respirar con sus propios pulmones. La gran incógnita, que no podemos despejar, entre cuales estará España.