El último mes, de este accidentado 2015, promete hacer honor a lo que ha sido la tónica general del año, sobresaltos por doquier. Antes de que comenzase el mes, ya teníamos anotadas tres fechas en rojo en el calendario, y no precisamente porque fuesen festivo, sino por la especial relevancia de las citas.

La primera de ellas era para el jueves día 3, la segunda será el miércoles 16 y la tercera el domingo día 20. Para todas ellas había estimaciones y pronósticos, dando al traste con ellos ya en la primera de las citas. Los mensajes de las últimas semanas por parte del Banco Central Europeo, hacían presagiar que se aumentarían sustancialmente las ayudas cuantitativas a la economía europea. Los analistas y economistas lo daban por hecho, los mercados lo habían descontado con subidas generalizadas, pero llegó el momento de la verdad, para desmontar las especulaciones y dejar una estela de decepción, acompañada de recortes generalizados en los mercados. Ya sabemos lo que tienen las expectativas frustradas…

Ahora el mercado se tendrá que hacer a la idea de que el BCE no va a “fabricar” tanto dinero como esperaba y que los Gobiernos de los distintos países, deben seguir por la senda de las reformas, la gestión eficiente y la austeridad, para apuntalar el crecimiento de la Zona Euro.

La segunda de las citas, a priori, parece que no traerá sorpresas, al menos en el hecho de que la Reserva Federal subirá tipos de interés, tal y como ya ha anunciado su presidenta, en las dos últimas semanas. La sorpresa tal vez la tengamos con la intensidad de la subida. Para algunos, subir un 0,25% sería lo previsible, esperando con ello subidas graduales y moderadas, que no pongan en riesgo la economía americana, ni el resto de economías del mundo. Cuando llegue el momento, ya veremos cuál es la decisión.

La tercera de las citas nos toca más de cerca. Son las elecciones generales de nuestro país, en una época más que sorprendente, no recuerdo que nunca hayamos ido a votar en Navidades, y con el resultado incierto, a tenor de las encuestas, que reflejan una masa importante de indecisos, que inclinarán la balanza en el último momento.

Los mercados financieros, fiándose de las encuestas, consideran que ganaría el partido del Gobierno, pero que necesitaría a Ciudadanos para Gobernar los próximos cuatro años. Estos resultados son vistos con bastante tranquilidad por los analistas y gestores internacionales, porque supondría una continuidad en la senda de reformas y confianza que nos exigen nuestros socios comunitarios.

A pesar de ese previsible escenario, todos sabemos que hasta que no se escruta el último de los votos, nada es real. Ya hemos asistido a vuelcos electorales en las veinticuatro horas anteriores a la cita con las urnas, por tanto las encuestas tienen de fiables lo justo, y sino que se lo pregunten a los británicos.