La situación actual que atraviesa el mundo económico, resultad demasiado compleja para los inversores en general, y también para las autoridades económicas mundiales.

Los Bancos Centrales, desde la crisis de 2008, se han convertido en unos guardianes del sistema financiero mundial, con el riesgo que ello conlleva, de querer que siga siendo así, cuando realmente no es su función natural. La Zona Euro empieza a ser un ejemplo claro de lo grave que es esa realidad, si se alarga en el tiempo y no se vuelve a una situación de normalidad, en la que las economías no se vean intervenidas, por las políticas monetarias. La respiración asistida al paciente, no sirve si entra en coma irreversible.

El BCE lleva un año de medidas para asistir a la economía, y no ha conseguido ninguno de sus objetivos, ni que la economía europea vaya mejor, ni que la inflación se aproxime al 2%. ¿Por qué va a funcionar esta vez?. Todos los reputados economistas que analizan este asunto, coinciden en que sin reformas estructurales, la economía no va a ningún sitio. Mientras tanto, muchos de los deben hacerlo, es decir, los dirigentes políticos de los distintos países, están a otras cosas, con grado de irresponsabilidad, que pagarán generaciones posteriores.

Los bancos han recibido un balón de oxígeno con las medidas que ha adoptado Draghi, pero servirá de muy poco, si la economía no va bien y los tipos están en negativo durante mucho tiempo, porque sus negocios no serán rentables o asumirán de nuevo riesgos importantes a la hora de conceder créditos, lo que nos llevará al inicio de la crisis financiera de 2008. Olvidamos demasiado rápido, tal vez por la complejidad de las situaciones y la desesperación que ello supone, al querer alcanzar metas imposibles. Si los bancos dan créditos a quienes no puedan pagarlos, volveremos al sitio del que veníamos, y las consecuencias puede que sean más devastadoras que en el pasado. Nadie sabe realmente, con certeza, hacia dónde vamos.

Por todo ello, los inversores que quieran preservar sus patrimonios y obtener rentabilidad en los próximos años, deberán evitar los riesgos de las entidades financieras, si no quieren verse expuestos a situaciones dramáticas, como ha hemos visto en el pasado.

Obtener rentabilidades ahora es muy complejo, porque los tipos de interés están en cero o son negativos, de ahí que la gestión internacional, la diversificación y una buena planificación patrimonial, son las únicas armas que tiene el ahorrador. Las cosas son como son, no como queremos que sean, y de ahí que tengamos que ser prudentes, evitando las mentiras de los cantos de sirena de quienes desean engañarnos, contándonos lo que queremos escuchar. Los buenos profesionales financieros, igual que en todas las profesiones, cuentan la verdad y buscan las mejores alternativas, dentro de la realidad, no enmascaran la realidad para conseguir la confianza de los ahorradores. Aviso a navegantes, para los ahorradores sin paciencia ni experiencia.