Que la vuelta de las vacaciones se hace costosa para muchos, es un tema recurrente en este mes del año, pero el asunto que nos ocupa en esta ocasión, son los tipos de interés y lo mucho que va a costar verlos subir.

El hecho de que la presidenta de la Reserva Federal americana, no haya subido los tipos de interés en la cita del presente mes de septiembre, ha encontrado su fundamento en la volatilidad de los mercados en las últimas semanas y en la intención de calibrar mejor si es el momento adecuado, por el impacto que tendrá en las economías emergentes y en la propia economía americana.  Toda esta prudencia y mesura se adecúa a la dificultad de encontrar el momento idóneo, para comenzar el camino de vuelta a la normalidad, con los tipos de interés.

Desde el año 2006 los tipos de interés en EEUU no ha bajado, y están en mínimos desde el año 2008. La retirada de la ayuda cuantitativa a la primera economía del mundo fue el primer paso, para que “el paciente” pueda crecer por su normal funcionamiento, algo que parece que se está constatando, pero que intimida seriamente el ponerlo en riesgo, si la subida de tipos, se produce antes de tiempo o con la intensidad equivocada. De ahí la prudencia con la que se está tratando este asunto. Si esa es la tesitura de EEUU, en la Zona Euro, que vamos muy por detrás, nos encontramos con un Banco Central Europeo que no se ha puesto límites a la ayuda cuantitativa que comenzó a primeros de año, por lo que nadie habla de posibles subidas de tipos de interés, ni por asomo.

Ya sabemos que las subidas de tipos intranquilizan mucho, porque suponen mayores costes financieros al endeudamiento, al tiempo que se estremecen los activos de renta fija y los de renta variable, pero suelen ser reflejo de que una economía está creciendo de forma sostenida e incluso, en su justa medida, mantienen un normal funcionamiento de la misma, al verse el capital ahorrado compensado, al tiempo que se limita el endeudamiento, lo que siempre es conveniente.

En el contexto actual de “barra libre” que han mantenido los bancos centrales a las economías, para superar la dramática crisis financiera que comenzó en 2008, los inversores y los ciudadanos se están acostumbrando a la “respiración asistida”, es decir, liquidez generada por los bancos centrales y no por la buena marcha de las economías, lo que hará muy difícil el normal desenganche, que en algún momento se tendrá que producir.

Dado que esa situación llegará, lo que está por ver es, cuáles serán los efectos secundarios, que posiblemente sean mayores cuanto más dure en volver la normalidad. Mientras eso sucede, aquellos que estén negociando cambios en sus hipotecas, que cuenten que los tipos de interés en la Zona Euro van a estar muy bajos durante bastante tiempo aún, el Euribor está en torno al 0,16%, lo que les debe ayudar en la toma de la decisión a las propuestas que les hagan.

Para los ahorradores que ya hayan agotado su paciencia en depósitos por debajo del 1%, que sepan que el mercado de capitales es su única salida, con un horizonte temporal a 3 ó 5 años, haciendo una buena diversificación de activos en todo el mundo, especialmente en Europa, que es la gran favorita en la actualidad, pero sin olvidar el resto del mundo, en su justa proporción. Por supuesto el vehículo son los fondos de inversión de gestión tradicional, pero de varias gestoras internacionales e incluso alguna nacional independiente, pero por supuesto cuenten con la volatilidad que tendremos que soportar, por la compleja situación mundial que viven las economías.

Como no existe la situación, ni la solución absolutamente perfecta, elijamos la que tienen más puntos a favor, y en la que estemos preparados para soportar los inconvenientes.