Los principales analistas y economistas del mundo están observando cada movimiento y cada declaración, del que tomará posesión del presidencia de EEUU, la semana próxima.

Desde que Trump ganó las elecciones de EEUU, los mercados de renta variable han subido, en las principales economías del mundo, empezando por la americana. Ante esa realidad, que se ha extendido al comienzo de 2017, ahora impera una llamada a la prudencia, de forma casi generalizada.

La mayor parte de estrategias de inversión apuntan a que la renta variable, la deuda corporativa y el dólar, son los activos favoritos para este año. Las dudas están en si es momento de seguir comprando o de vender. Realmente esta suele ser la gran incógnita, pero en estos momentos con mayor intensidad.

Las subidas de tipos de interés en EEUU y la fortaleza de su economía, así como la subida de la inflación en la Zona Euro, ponen en serios aprietos al Gobernador del Banco Central Europeo, para mantener su promesa de que su programa de ayuda llegaría hasta final de año.

Todas estas incertidumbres nos llevan a considerar que cualquier noticia que el mercado no la haya tenido en cuenta, puede provocar caídas, que se agudizan, con la irrupción de las nuevas tecnologías en la operativa de compraventa de activos financieros en los mercados de capitales.

Por todo ello, la gestión flexible, con gestoras independientes y con estrategias complementarias es lo apropiado para las carteras ya elaboradas. Con la nueva liquidez, tal vez haya que ser paciente, para utilizar estrategias de entrada con una parte y de mantener en liquidez otra, a la espera de algún sobresalto que se produzca en los mercados, que conlleve caídas y por tanto buenas oportunidades de compra.

Las emociones de los inversores suelen ser malas consejeras, porque les impulsa a entrar cuando el mercado sube, o salir cuando baja, sin un análisis minucioso de las alternativas. La paciencia es una gran virtud, para todo en la vida, pero sobre todo en asuntos relacionados con el mercado de capitales y la gestión de los patrimonios.

Para un inversor o un profesional poco experimentado, las posibilidades de manejar correctamente sus emociones, en asuntos financieros, es muy complicado. De ahí que se comentan importantes errores, que finalmente dañan los patrimonios o sus rentabilidades en el largo plazo.

Ahora estamos en un momento muy apropiado para reflexionar tranquilamente sobre esta cuestiones,que aunque todos sabemos, no siempre se tienen presentes o se manejan adecuadamente.

Por tanto y en conclusión, esperar, ver y actuar, deben tenerse como plan estratégico primordial.