Los mercados financieros están empezando a notar algunas turbulencias, que hasta mediados de septiembre se habían apaciguado, pero que están dando síntomas de volver.

En semanas anteriores hemos tenido que asistir a la preocupación por la situación del Deustche Bank, contagiando las resto del sector bancario, después ha sido el desenlace de la crisis del PSOE, que aunque sin impacto en los mercados financieros, ha cambiado sustancialmente el panorama político en España, que si tendrá impacto en la economía y mercados financieros domésticos.

El BCE ha tenido que salir a la palestra para acabar con los rumores de que en marzo de 2017 comenzaría la reducción del programa de ayudas que está llevando a cabo. Este asunto es de especial relevancia, porque cuando esa reducción sea una realidad, que en el algún momento así será, dado que nada es para siempre y menos las ayudas monetarias artificiales, los mercados financieros analizarán con lupa el impacto en las distintas economías. Recordemos que la ayuda cuantitativa tenía como objetivo principal que los distintos Gobiernos de la Zona Euro ganasen tiempo para hacer las reformas que sus economías necesitaban. La pregunta, sin respuesta aún, es cuántos de ellos lo harán y que impacto sufrirán los que no aprovechen estos años de gracia.

Por si tuviésemos poco con todo eso, ahora empieza a ponerse serio el tema del Brexit, aumentando la tensión entre Reino Unido y la Unión Europea. La primera ministra ha puesto fecha a la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa, que hará comenzar el plazo de dos años, para que su salida de la Unión Europea sea efectiva. Dicha fecha es marzo de 2017 y para marzo de 2019 ya deberían estar fuera. Sus declaraciones sobre la mano dura con los inmigrantes, los trabajadores o estudiantes extranjeros, están haciendo intuir a Bruselas, que las negociaciones van a ser duras.

La Unión Europea no se puede permitir el ninguneo de Reino Unido, y si quieren un Brexit duro, que dañe la relación entre ambos, tendrán que ir por esa línea. Europa se juega su supervivencia, por encima de los daños económicos que un Brexit duro pueda suponer. Ante este panorama la libra esterlina se está desplomando en los mercados de divisas y las turbulencias se extienden a los mercados de renta variable.

Empezamos por tanto la fase siguiente, de un asunto, que de cumplirse los plazos, nos llevaría a un 2017, con elecciones en Francia y Alemania, dos pilares importantes en las negociaciones con Reino Unido, cuyos resultados afectarán al proceso negociador. España ya debería tener Gobierno para entonces y tener un mayor protagonismo en un asunto crucial para los intereses de todos nosotros.

Para los inversores, cautela y mucha diversificación de activos y estrategias, preparándose para la volatilidad que puedan sufrir los mercados, y con el objetivo de preservar capitales, con absoluta prioridad.

En fin, una apasionante final de año, con el que ya contábamos y un crucial 2017.