El dato de desempleo semanal en EEUU, lleva el número de peticiones de subsidio de desempleo a niveles máximos, desde agosto de 2023.
Este dato se suma al aumento del desempleo anual hasta el 3,9%, publicado el viernes de la semana pasada. Ambos datos han dado alas al optimismo en los mercados de capitales, con la famosa frase “cuanto peor mejor”. No hay que olvidar que hace unas semanas, el presidente de la Reserva Federal, Powell, afirmó que iban a seguir muy de cerca la evolución del empleo, para poder extrapolarlo a las expectativas de inflación, que como todo el mundo sabe, será la clave para concretar el comienzo de las bajadas de tipos de interés.
Los mercados no han estado descontando lo que está reflejando el mercado laboral, sino más bien todo lo contrario, de ahí que hayan reaccionado de forma muy favorable, tanto los mercados de renta fija, con caídas en rentabilidades y subidas en precio, como los índices bursátiles, que muchos de ellos están alcanzando de nuevos máximos históricos, como el caso del DAX alemán.
El impacto de las caídas en las carteras de inversión durante el mes de abril, se ha visto prácticamente recuperado, en casi su totalidad, en las sesiones que llevamos del mes de mayo. Sólo se queda al margen el mercado japonés, que tras marcar máximos históricos en los últimos meses, y ante la debilidad de su divisa, le está costando volver a los niveles máximos alcanzados. Esta situación, presenta claramente una oportunidad de inversión en este mercado y sin cubrir la divisa, para quienes sigan los consejos de los analistas y gestores, respecto a lo que se puede esperar de este mercado para los próximos años.
Cuando la temporada de publicación de resultados está llegando a su fin, la conclusión a la que se puede llegar es que en torno al 67% de las compañías que han publicado, está cumpliendo o superando previsiones, lo que también está ayudando a la recuperación de los precios.
En la parte menos amable del escenario económico, se puede indicar a quienes opinan, que tal vez la economía americana se empiece a resentir más de lo previsto, y el deterioro del mercado laboral, es sólo el comienzo de dicho escenario. Los que mantienen esa opinión, por el momento son una minoría, que no se está viendo respaldada por los mercados de capitales. De ahí que cobre especial relevancia el dato de IPC americano en la semana próxima, para el que se espera una bajada desde el 3,5% en su tasa general hasta el 3,4%, así como la evolución del resto de datos macroeconómicos de actividad.
El mundo ideal para los mercados y para los inversores, estaría en comprobar que mes a mes la inflación se va moderando, al tiempo que el mercado laboral sigue empeorando, pero que no se resienta la actividad económica, para que los resultados de las empresas se puedan mantener en los rangos que espera el mercado.
La decepción podría venir de la intermitencia de la evolución de la inflación, de manera que no se vea con claridad una tendencia a la baja sostenible o que la activad económica americana, se contraiga más de lo esperado.
Los posibles baches puntuales, que supongan caídas en los precios de los activos de calidad, tanto en renta fija como en renta variable, volverán a ser oportunidades de inversión, que los gestores aprovecharán, para seguir construyendo sus carteras, pensando en la segunda parte del año.