Tras la celebración del sorteo de la lotería de Navidad y el esperado mensaje del Rey en Nochebuena, ahora encaramos la recta final del año y el comienzo del nuevo, como los siguientes momentos de celebración, hasta que lleguen los Reyes Magos, y con ellos se vayan nuestras tradicionales fiestas.

Como si de un vuelo en avión se tratase, estamos a punto de aterrizar, concretamente el día 31 de diciembre a las 24 horas, dejando atrás otro año, del cual, cada uno debe hacer su balance particular. Casi todos coincidiremos en que ha pasado muy rápido, en que hemos tenido momentos de mareo o vértigo, e incluso momentos en los que hemos disfrutado del viaje y del paisaje. Con el Año Nuevo volveremos a despegar, en un nuevo viaje, de otro año de nuestra vida, en el que de nuevo pondremos nuestras ilusiones y esperanzas, para que se cumpla aquello bueno que de él esperamos. Si somos realistas, debemos ser conscientes de que habrá turbulencias y que deberemos estar preparados para soportarlas.

En los asuntos económicos, antes del aterrizaje de 2014, todas son prisas para hacer los ajustes fiscales u operaciones financieras, condicionados por el hecho de que también se acaba el ejercicio fiscal y lo que ello conlleva, así como tener preparadas las previsiones y objetivos para el nuevo. El resumen de lo acontecido, también ocupa a los medios de comunicación, para hacer un repaso final de lo que nos hemos encontrado en el viaje de este año, e incluso recordar los asuntos que llevaremos en nuestro vuelo de 2015, porque forman parte del equipaje que no hemos podido dejar atrás. Muchos de esos asuntos serán económicos, por ejemplo el papel de los Bancos Centrales de Europa y EEUU, en sus decisivas actuaciones para 2015, o el precio del petróleo, la situación de Grecia etc… Otros asuntos serán judiciales, como todos los temas de corrupción o delitos fiscales que están en marcha. De lo que hemos dejado atrás, lo más importante que puede hacer el ser humano, es aprender de los errores y disfrutar de los logros, porque todo ello puede servir, para tener un mayor control sobre nuestros asuntos personales, que a fin de cuentas es de lo que se trata.

Los buenos propósitos personales para el nuevo viaje de 2015, deben estar basados en esa reflexión sobre lo acontecido en el anterior, buscando la mejora continua en todo lo que hacemos, que debe llevarnos a sentirnos mejores en todos los ámbitos de nuestra vida. Posiblemente los asuntos económicos y financieros son de los que más necesitan nuestra atención, porque estamos saliendo de una crisis muy grave, que está transformando nuestra forma de gestionar los recursos personales que tengamos, así como la forma que tenemos de obtenerlos. Lejos de caer en el desánimo por tanto cambio y complejidad del entorno, debemos ponernos a encontrar soluciones, porque el mercado nos ofreces soluciones para todo aquello que necesitemos resolver, por ejemplo, el asesoramiento financiero independiente está cogiendo cada vez más fuerza para ayudar con los temas de planificación financiera, tal y como lleva sucediendo en los países anglosajones, desde hace décadas.

Las nuevas tecnologías están permitiendo que la información fluya y se traslade con enorme rapidez, para que todo el que la busque, pueda encontrarla. Lo que nunca cambiará, es que tenemos que poner de nuestra parte una actitud muy proactiva, para provocar los cambios en nuestras vidas y en nuestros asuntos personales. La actitud pasiva y de espera, para que otros solucionen nuestros problemas, no traerá ningún resultado. De ahí que dependamos de nosotros mismos para que 2015 sea un gran año y un viaje provechoso.