Desde que se desató la crisis bancaria, hace un par de semanas, la moderación ha vuelto al discurso de los banqueros centrales, aunque no hay cambios en su principal objetivo: doblegar la inflación.

La semana pasada, a la presidenta del BCE no le tembló la mano al subir los tipos de interés hasta el 3,5%, como tampoco ha dejado lugar a la interpretación, al afirmar que hará todo lo que sea necesario para recuperar la confianza en el sistema bancario, al que considera solvente. La complicada situación del Deutsche Bank desde hace años, le ha convertido en presa fácil, en estos momentos de tanta sensibilidad, pero todo apunta a que no seguirá el mismo camino que el banco suizo.

En cualquier caso, el BCE y las autoridades alemanas, tendrán que aportar soluciones para que deje de ser presa de la desconfianza, consiguiendo con ellos ir avanzando en el camino de recuperación de la confianza en el sector bancario, que ahora mismo es la prioridad.

En EEUU esta semana tampoco le ha temblado la mano al presidente de la FED para subir los tipos un 0,25% y llevarlos hasta el 5%, al tiempo que ha afirmado que siguen comprometidos con sus objetivos de inflación, pero que posiblemente ya estemos ante las últimas subidas de tipos. El diagrama de puntos con el que trabaja la FED, establece el tipo máximo estaría en torno al 5,1%.

En sus declaraciones y en ese intento de calmar los ánimos, ha mencionado que los depósitos de los bancos están protegidos, para evitar situaciones descontroladas con riesgos de confianza que quieren evitar a toda costa.

En lo que coinciden tanto los banqueros centrales como buena parte de los expertos es en afirmar, que buena parte de la labor de control de la inflación se la va a hacer esta situación de crisis bancaria, porque va a afectar a la economía real, en forma de restricciones del crédito y aumento de costes del mismo, lo que va a reducir la actividad económica. La duda, una vez más, es hasta donde va a llegar el impacto y si las economías entrarán en una recesión profunda.

La FED americana no tiene entre sus previsiones que su economía entre en recesión, de hecho la ven crecer un 0,4% en este 2023.

En el mercado ya se está descontando que los tipos máximos de los Bancos Centrales ya están llegando a sus niveles máximos, lo que sucederá es que permanecerán altos, todo el tiempo que sea necesario, hasta confirmar que la inflación se va doblegando.

Con este escenario, los activos de renta fija, muchos de ellos castigados en las últimas semanas de forma indiscriminada, van a poder ofrecer rentabilidades mayores a los inversores en los próximos años. Otro activo bastante ganador son los valores tecnológicos, que son los que están viéndose favorecidos con las compras que salen del sector bancario.

Como hemos comentado es varias ocasiones, este es un año de construcción de carteras, donde todos estos acontecimientos, van ofreciendo oportunidades a los gestores para adquirir los activos más atractivos para los próximos años.