La semana decisiva para concretar el cierre del año en los mercados financieros, ha sido una auténtica montaña rusa, en la que hemos asistido a la mayor volatilidad desde el mes de septiembre.

El dato de IPC americano era la primera cita importante de la semana, que influiría en la siguiente por importancia, que era la reunión de la FED americana. El dato sorprendió muy favorablemente al mercado, que con una inflación del 7,1% y el recorte también en la subyacente, mejoraban las previsiones de los analistas.

Ante este dato, los mercados subían con especial fuerza, ante la certeza de que la FED seguiría la senda indicada y subiría los tipos un 0,5%. Hasta aquí el guion se cumplía por completo. Fueron las declaraciones del presidente de la FED, las que dieron al traste con la euforia y las ganas de terminar el año con un rally alcista que nos llevase a tres meses consecutivos de recuperación.

Como ya hizo en agosto, Powell no tiene ninguna intención de dejar de apretar las clavijas, para que sufrimiento anunciado para combatir la inflación, se mantenga presente durante todo el tiempo que sea preciso. Por ello adelantó que los tipos en EEUU, aunque con subidas más graduales, pero llegarán a niveles superiores a los inicialmente previsto, por tanto pasarán del 5%, y estarán en se nivel más tiempo del que nos gustaría.

Con ello acaba de un plumazo con la posibilidad de bajar tipos en 2023, aunque siempre se guarda en la manga, el as de los datos macroeconómicos. Con ello avisa de que cada mes será único y que según como vayan evolucionando los datos de crecimiento e inflación, tomarán las decisiones de política monetaria.

Cuando los mercados estaban asimilando las palabras de Powell, llegó la presidenta del BCE, subiendo también un 0,5%, hasta el 2,5%, al tiempo que hacía las mismas advertencias, de tipos más altos durante más tiempo y además añadió que se drenaría más liquidez del sistema, con la reducción del programa de compras de deuda. En sus pronósticos, aventuró que la inflación en la Zona Euro puede que no llegue a niveles razonables del 2% hasta el año 2025, pero también afirmó que serán los datos de cada mes los que vayan determinando la política monetaria. El mercado descuenta que los tipos subirán por encima del 3% en la Zona Euro en 2023.

En conclusión, total sintonía entre la FED y el BCE, para no dar un respiro a los mercados de capitales

Por otro lado, no sorprenden las declaraciones, porque en las previsiones de economistas, como Alex Fusté de Andbank, sólo cuando las economías entren en recesión se empezará a doblegar la inflación y aunque la Zona Euro va camino de hacerlo, todavía no es suficiente el dolor infligido, como para decir que ya hemos llegado al final del camino, que nos llevará a una senda más amable.

La inflación elevada y los crecimientos más bajos, es lo que está en todas las quinielas para el año próximo.

Además de las caídas en las bolsas, también han sufrido esta semana los mercados de renta fija, sobre todo la gubernamental, con las subidas de la rentabilidades, ante escenarios con tipos más altos a los inicialmente previstos.

La semana clave de este mes, último del año, nos deja buenos datos en general, pero nada que nos pueda hacer caer en la complacencia de que hemos dejado atrás el sufrimiento. El comienzo de año se aventura con volatilidad, porque seguimos en el invierno, a la espera de que la primavera climatológica, también lo sea para las economías y los mercados de capitales.