Los mercados financieros, por el momento, no dan tregua, la inflación en la Zona Euro tampoco, y algunos creen que el impacto en las familias, se va a resolver subiendo los salarios, todo lo que haga falta.

El conocimiento prácticamente nulo sobre conceptos básicos de economía y finanzas, por buena parte de los agentes sindicales, así como la mayoría de los que gestionan recursos públicos, están provocando falsas expectativas y confusión  en los ciudadanos, que por otro lado, tampoco van sobrados de conocimientos en materias económicas.

La inflación es un “monstruo”, como explicamos en “Mi primer libro de economía: Ahorro e Inversión”, que si alguno no tenía claro lo feroz que puede ser, ya lo está experimentando. Este monstruo se alimenta de la liquidez que hay en el sistema financiero de un país, de ahí que ningún experto económico aconseja subidas salariales al nivel de la subida de precios, porque el monstruo seguirá aumentando y dañando a los ciudadanos. Las subidas de tipos de interés, que tienen como objetivo quitarle alimento al monstruo, al retirar liquidez del sistema. Con todo ello el objetivo es que haya menor consumo y que las economías se desaceleren, para que de esa manera se reduzca el tamaño del monstruo y se le pueda doblegar con facilidad, de manera que deje de empobrecer a la ciudadanía.

Desde Bruselas hay quienes piensan que no se deben bajar impuestos, con una inflación tan altaporque supondría que las personas tienen más dinero para gastar, lo que interpretan que ayudaría al monstruo a seguir creciendo. En la presente situación de las familias, con unos precios tan desorbitados en la energía, las subidas de tipos, los alimentos en general, de lo que estamos hablando es de que los presupuestos familiares saltan por los aires y que puede provocar mucha pobreza, por tanto no estamos hablando de que más dinero en el bolsillo de los ciudadanos se vaya a un consumo dañino, sino a un consumo de supervivencia.

Lo incomprensible es que un Gobierno como el nuestro, que está demostrando una absoluta incapacidad para gestionar la ingente cantidad de dinero que ha recibido en ayudas para el Covid, emisiones de deuda adicionales a niveles nunca vistos, con ayudas de compra de Deuda por el Banco Central Europeo, con las arcas públicas en unos 39.000 millones de euros adicionales, gracias a la subida de los precios, esté quejándose de que necesita más recursos, cuando claramente hay que reducirlos, por bien de las economías domésticas en la actualidad y de las generaciones futuras.

El bienestar social conseguido durante décadas, se está desmoronando, no por falta de recursos, sino por falta de buenos gestores de los recursos públicos. Sin duda es un insulto a la inteligencia y a las buenas intenciones de los ciudadanos, cuando se legisla en clave electoral, más que en clave de eficiencia para el conjunto de los ciudadanos.

Nuestro Gobierno lleva en esa deriva desde que el principal partido del Gobierno, perdió el apoyo de los ciudadanos en las últimas elecciones y ha tenido que gobernar con unos socios, que en lugar de fomentar el trabajo, la honestidad, el esfuerzo y la generosidad, sólo animan a la crispación, la mentira, el odio, el robo al que tiene, porque genera y guarda, como la hormiga, frente a la cigarra que canta, roba y manipula . Con esa actitud, todos sabemos, incluso ellos, que una sociedad sólo retrocede hasta que no queda nada. Donde el bienestar social será un recuerdo del pasado y como las hienas en el Rey León, no tengan ya nada para comer y repartirse, porque el capital y los inversores habrán huido y el resto estará tan empobrecido, que no tendrán ganas ni de vivir.

Ese es el legado que nos está dejando este Gobierno, como ningún otro en la historia de nuestro país. Hay quienes vaticinan que el actual presidente del Gobierno, ni siquiera se presentará a las próximas elecciones, para no sufrir el resultado electoral, que él y sus socios se merecen. Opinan que está buscando un puesto internacional y dejarle la debacle a otro. Ya veremos, pero tengámoslo presente, para reconocer en esa actitud y todo lo hecho hasta llegar a ella, como algo nada recomendable para nuestros jóvenes, que se merecen mejores referentes, para tener un futuro prometedor.

Al final, le pese a quien le pese, la economía, como ciencia que habla de la gestión eficiente de los recursos, está detrás de la gran mayoría de las decisiones que tomamos, es implacable y por ello debe ser bien conocida, para reconocer a los manipuladores e ignorantes, que creen que las personas son tontas y se puede hacer con ellas lo que se quiera. Eso no es así, como bien sabemos y como esperanza de que tendremos un futuro mejor, que el presente que nos está tocando vivir.